28 septiembre 2005

El periodista digital: perfil de un nuevo comunicador

Ana Belén Becerra Navarro, Coordinadora Jornadas Periodismo Digital SICARM, Sociedad de la Información Región de Murcia.
Investigadora UCM y periodista digital: Regmurcia.com
prensa@regmurcia.com
Resumen:

Nos encontramos inmersos en plena Sociedad de la Información lo que supone la aparición de nuevos medios consecuencia del auge de las Nuevas Tecnologías, unos avances ante los que el profesional de la información, el periodista, no puede quedar desfasado condenándose a morir lánguidamente al no saber manejar las nuevas herramientas. Ofrecemos un repaso al nuevo perfil del comunicador del siglo XXI, del nuevo público al que debe informar sirviéndose de todos los medios multimedias a su alcance, de las dificultades que entorpecen su labor diaria, y de las exigencias que el periodista reclama en su formación universitaria.


Palabras clave:

Sociedad de la Información, “convergencia de medios”, Internet, multimedia, multitarea, multiplataforma, “limpiateletipos”.


“El periodista va a tener que ser multimedia y muy flexible”[1]. El proceso de aceleración histórica en que vivimos resulta hoy comúnmente admitido por todos los pensadores. El periodo mínimo necesario hasta los tiempos más recientes para cerrar una época abriéndose a un nuevo ciclo, ha quedado desbordado por los nuevos cambios. Habitamos en un mundo impulsado por la Sociedad de la Información, entendiendo a la misma como el estadio de desarrollo en el cual todos sus miembros tienen acceso a la información, desde cualquier lugar, en el momento deseado de forma instantánea[2].
Convivimos en medio de unos avances que propician la comunicación inmediata, una comunicación que aparece definida en el Artículo 4 de la Declaración de Principios de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información:
“la comunicación es un proceso social fundamental, una necesidad humana básica y el fundamento de toda organización social. Constituye el eje central de la Sociedad de la Información. Todas las personas, en todas partes, deben tener la oportunidad de participar, y nadie debería quedar excluido de los beneficios que ofrece la Sociedad de la Información”[3].

Una comunicación que, en la actualidad, sobrepasa sin dificultad las barreras del tiempo y del espacio debido a la aparición de unos nuevos medios informativos, gracias a que el público accede a las Nuevas Tecnologías.

Todos estos cambios afectan poderosamente a nuestra mentalidad y lo que es más importante, a nuestra conducta, influyendo radicalmente en la proyección de nuestros criterios y comportamiento y modificando nuestros usos y costumbres. Este fenómeno imparable también está aportando elementos de cambio real en las decisiones empresariales que afectan a toda la industria de la comunicación. De esta forma existen unos hechos indudables como son el despliegue de todos los medios duplicando su dimensión al disponer, de una versión digital, el crecimiento progresivo del número de internautas, el aumento imparable efectuado en las dimensiones del espacio digital compartido, o la agilización y rapidez jamás soñadas en el acceso que el público no duda en reclamar como un derecho.
Los usuarios de la Red de Redes, Internet[4], demandan cada vez más y más velocidad en la transmisión de datos. Nadie se conforma con menos velocidad en cuanto a acceso a la información se refiere. Los 56 Kilobits por segundo del MODEM y los 64 KBit/s de la ISDN, Integrated Services Digital Network, ya no son suficientes. Con la nueva técnica ADSL, Asymeteric Digital Subscriber Line, los internautas pueden desplazarse por Internet a velocidad de turbo. Y todo es transmitido, fundamentalmente, por el simple cable normal de cobre de la línea telefónica.

1. Perfil del nuevo profesional de la información

Estos avances en el campo de las telecomunicaciones afectan también a los medios, tanto impresos como audiovisuales, por cuanto repercuten en la velocidad de transmisión de los datos. El experto analista del departamento de Análisis y Prospectiva de la Fundación Auna, José María Cerezo detalla en el informe “El Impacto de Internet en la Prensa” realizado junto con Juan Manuel Zafra, actual director de Comunicación de Red.es, cuales son las consecuencias que se derivan de la irrupción de Internet en la forma de trabajar de los profesionales de los medios:
“Los propios periodistas se han visto afectados: dejando que la inmediatez prime sobre cualquier otro aspecto como la veracidad de las fuentes o la redacción periodística; que la primicia informativa sea el valor más importante frente al análisis y la investigación profunda; y, por último, recurriendo a la Red para ofrecer en ella pistas, datos, rumores o confidencias no siempre contrastadas y en ocasiones carentes de toda veracidad, pero que cada vez con mayor riesgo, pueden acabar siendo publicadas en primera página y así elevadas a lo más alto de la información veraz y de prestigio. Internet ha revolucionado, por tanto, la profesión periodística”[5].

Como resultado se produce el lanzamiento de su modelos on line para los nuevos consumidores de los medios digitalizados lo que hace que aparezcan nuevas funciones, algo que hace unos años resultaban totalmente inimaginable: es el caso de la re-edición constante de artículo, el enriquecimiento de las noticias con completas infografías una vez que se van conociendo nuevos detalles sobre los hechos acontecidos, el que los lectores puedan interactuar con los periodistas al existir una comunicación interactiva mediante chats y foros de debate donde opinar abiertamente sobre hechos noticiosos tales como el resultado de un partido de fútbol, la larga comparecencia de un ex presidente del gobierno ante la comisión del 11-M o la creación de un Consejo de Coregulación que vele por la implantación de una programación adecuada al público infantil, entre otros muchos temas.
“Internet, por tanto, ha puesto en cuestión la definición de periodista, ha modificado la práctica diaria de la profesión, abriendo enormemente el abanico de fuentes a disposición de los más avezados internautas, ha transformado los hábitos de lectura y búsqueda de las noticias y a abierto nuevos caminos para el negocio de la información. Con el acceso a Internet, cualquiera puede convertirse en informador; se han difuminado las barreras entre informador y usuario; los diarios personales on-line (weblog) ganan parte del territorio ocupado por los periódicos; y reaparecen en formato digital fórmulas que a aparecían extinguidas como los confidenciales o la prensa gratuita[6]”.

La aparición del nuevo medio digital está reconfigurando radicalmente, por los contenidos globales y los sistemas omnipresentes, el perfil completo de un nuevo profesional de la información. Un periodista digital o electrónico no se detiene ya ante nada, es capaz de realizar múltiples funciones dado que sus labores y tareas profesionales son mucho mas complejas que las que otrora realizaran sus compañeros de profesión. Y lo hace de forma constante y es que sin actualización continua no existe periodismo digital.

Tareas que exigen el manejo de ciertos programas de edición y herramientas de retoque fotográfico con las que los periodistas tradicionales no están familiarizados como podemos deducir de las palabras de Pedro Manuel Moreno, Vicesecretario general de Comunicación de la delegación española de la UNESCO:
“El 40% de los periodistas se declaraban analfabetos tecnológicamente preguntados sobre sus capacidades para asumir los avances de la Sociedad de la Información según un estudio realizado el pasado año por la Federación Internacional de Periodistas, FIP, que es el organismo que más profesionales de la información aglutina a nivel mundial, en concreto y según estadísticas del pasado año, más de medio millón”[7].

En cuanto a la forma en la que la Universidad adecua los contenidos que imparte a las necesidades de formación del estudiante que asiste a sus aulas, conviene destacar que pese a que todas las Facultades de Comunicación y Ciencias de la Información de España han enriquecido sus planes de estudio con optativas de nombre rimbombante y aires digitales, lo cierto es que son muy pocos los jóvenes licenciados que aprenden en las universidades a manejar las herramientas informáticas que las empresas de comunicación relacionadas con la Red de Redes demandan. Realidad ante la cual son muchos los profesores que coinciden al subrayar que la importancia de la formación académica universitaria:
“El periodista digital no debe ser un experto informático, debe primar su formación humanística, el periodista necesita unos fundamentos, unos conocimientos humanísticos, y a pesar de que se ha discutido largamente sobre la conveniencia de una formación técnica humanista, en mi opinión, dado que una formación técnica se imparte en cualquier academia si lo quiere ser es periodista conviene tener un bagaje cultural que se adquiere en la Universidad y ésta, frente a un centro técnico, permite estudiar la historia, la ética y la filosofía de la profesión[8]”.

Internet no es sólo un soporte ni una herramienta en relación con el periodismo digital, ha habido una evolución: antes se volcaban contenidos y ahora la versión on line ofrece otro tipo de información ya no es la versión digitalizada. Es otro medio y genera otro tipo de periodismo. Existen periodistas que trabajan en Internet y están adaptados al nuevo medio y está el periodista que genera unos contenidos que completan otros ya existentes. Alonso y Martínez[9] asegura que el periodista digital no es únicamente el que ejerce su labor en diarios y medios de información digitales, sino todo aquél individuo cuya labor se encuentra estrechamente ligada, de una u otra manera, al tratamiento de la información y la comunicación en Red.

El problema puede radicar entonces en cómo gestionar el exceso de información disponible en Internet, la excesiva velocidad de trabajo con la que trabajamos los profesionales, el tener que competir con la radio y la televisión lo que a todas luces puede repercutir en detrimento de la calidad y por último, el que dada la competencia que supone el que dado que todas las empresas pueden comunicar se esté prescindiendo de la figura del profesional en detrimento de la manipulación positiva que este realiza al actuar como filtro. La labor del periodista del futuro irá encaminada pues a establecer un cierto juicio en las navegaciones por los mares del ciberespacio, precisamente para evitar la pérdida del sentido de la realidad que puede ocasionar la confusión entre lo que es real de lo que es un simple rumor. Hay que tener en cuenta la diferencia entre navegar y flotar, la navegación implica un rumbo mientras que flotar denota un viaje a la deriva. Las informaciones realizadas por profesionales del mundo de la comunicación deben ser, por tanto, un claro referente para los usuarios.

Desde los Organismos Internacionales encargados de llevar a buen término la Sociedad de la Información, la UNESCO, la Organización Mundial de las Telecomunicaciones, La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y la Organización Mundial del Trabajo, se concibe al nuevo periodista como un mediador, rol tradicional que ha tenido entre la fuente y el receptor, pero también como un educador y un vigilante que vele por la implantación de los sistemas democráticos.

Los retos de Naciones Unidas para el nuevo milenio tienen como líneas básicas de actuación la reducción de la desigualdad que se deriva de la existencia de la brecha digital a través de potenciar la formación y la infraestructura y sobre todo a través de la diversidad cultural y lingüística. Además se quiere potenciar el paso de una Sociedad de la Información a una Sociedad del Conocimiento, cambiar la denominación por considerarlo más acertado.

La aparición del nuevo medio está configurando radicalmente, por los contenidos globales y los sistemas omnipresentes, el perfil de un nuevo profesional de la información. Un periodista digital o electrónico no se detiene ya ante nada y sus labores y tareas profesionales no se parecen a las que hasta hace muy pocos años desempeñaban los profesionales de la información.

Este perfil innovador del nuevo profesional afecta, fundamentalmente, al aspecto formativo (nueva mentalidad cibernética), laboral (exigencias de cometidos y tareas antes delegadas a profesionales como el diseñador o maquetador, el encargado de documentación o el simple reportero), tecnológico (manejo de los medios digitales y programas y sistemas informáticos), archivísticas (búsqueda y actualización constantes de sus fuentes en la Red telemática), atención directa al lector (mensajes on line de recepción inmediata en sus buzón electrónico) y otros mil aspectos nuevos que potencian y cargan la labor del informador del siglo XXI.
“Con la renovación tecnológica, el periodista del diario sobre papel ha tenido que modificar sus hábitos de trabajo al asumir responsabilidades y funciones que antes no eran suyas: corrección y producción de textos, diagramación, acceso a bancos de datos para textos y fotos, entre otros cometidos. Estos cambios, a los que ha tenido que ir adaptándose, han sido un paso intermedio para lo que el nuevo periodista, el “periodista electrónico” si se nos permite llamarle así al que tiene que trabajar en contacto con las redes telemáticas, empieza a asumir al enfrentarse ante un nuevo medio”[10].

Y es que periodistas digitales seremos todos o no seremos periodistas.
“El nuevo periodista va a ser un profesional con conocimientos multimedia (de informática, imagen y sonido, diseño, etc.) que va a tener que evolucionar hacia el acceso a bancos de datos y hacia fuentes informativas de diversa procedencia que van a ir ampliándose y renovándose cada día”[11].

Hay quien dibuja de un modo crítico el perfil del periodista multimedia actual con cierta gracia y sorna, pero sin duda con indudable acierto, así aparece en un irónico artículo (FERNÁNDEZ HERMANA, Luis Ángel, site www.enredando.com) que reproduce Jaime Estévez, director de Europa Pres.net, la agencia privada de noticias más importante de España, en su obra sobre el periodismo en la Red. En dicha crítica Fernández Hermana elige el término ‘convergencia de medios’

“como el concepto que define el nuevo perfil laboral del periodista de la era electrónica. Su fundamento es la capacidad para desenvolverse como pez en el agua entre el papel, la radio, la televisión e Internet, dominando todos estos medios. No se trata tan sólo de que los periodistas actúen en ellos, que muchos ya son veteranos de este tipo de pluriempleo, sino que sean capaces de recabar, procesar y emitir la información en todos ellos y si es simultáneamente mejor. Por tanto, el ordenador, la grabadora, la cámara de video, además de papel y bolígrafo son ahora sus instrumentos inseparables de trabajo. Estamos ante el periodista multimedia, el último engendro de Internet que nos llega desde EEUU”[12].

Y continúa: “el periodista multimedia, desde esta perspectiva, aparece como una respuesta contingente ante el impacto de Internet en el modelo tradicional de comunicación, que como una solución ante las modificaciones que la Red está causando en dicho modelo”[13].

En este último siglo el periodista ha experimentado numerosos cambios hasta llegar a ser un profesional que está por encima de la barrera del medio en sí. Es capaz de elaborar, procesar y transmitir la información en un breve espacio de tiempo. En mi opinión el nuevo profesional de la información debe ser una especie de hombre orquesta que sirviéndose de cada uno de los medios técnicos que le permiten procesar la información, sea capaz de sintetizar y resumirlo todo en un solo paquete publicable en la red de redes.

El periodista digital debe cambiar su rol y convertirse pues en una persona polifacética, con nociones técnicas, periodísticas y de marketing, entre otras. Unas premisas que lejos de hacer que los periodistas escapen a estas innovaciones tecnológicas les obligará a reconvertirse adaptándose a los nuevos medios, tal y como asegura Jaime Estévez:
“Creo que estamos ante una nueva generación de periodistas que van a saber ocupar ese rol multidisciplinar antes y mejor que cualquier otro tipo de profesional. También soy consciente de que para muchos periodistas “veteranos” trabajar en Internet no resulta gratificante ni cómodo. Pero no están las cosas como para andar “escapando” ante la primera incomodidad. Los que puedan escaparán, y la mayoría, se reconvertirán”[14].

Estévez sostiene que “hacen falta profesionales que sepan concebir una web como un dispositivo de información y servicios orientado a cubrir, del modo más amplio posible, las necesidades de su público. En esa medida, lo que auguro es una nueva generación de Licenciados en Ciencias de la Información que se conviertan en verdaderos "arquitectos de la información" y sepan plantear y dirigir el conjunto de la web del modo más útil para sus destinatarios., Creo que los "creativos" y los programadores van a tener que abandonar el papel de "webmasters" que equivocadamente han desempeñado durante años y van a tener que buscar su encaje en un planteamiento más profesional de diseñar y construir webs, incluidas las de los medios de comunicación”[15].Una idea semejante resultaría aplicable al nuevo público consumidor atendido por los medios. Sus gustos y preferencias demandan como normales e irrenunciables (e incluso algunas veces las exigen como gratuitas) todas estas innovaciones que antes nunca fueron capaz de soñar.
“El consumidor de información de hoy demanda de los medios una información cada vez más profunda y actualizada sobre aquello que les interesa. Reclama imágenes que se lo muestren, sonidos que se lo cuenten, textos que se lo expliquen. Y los reclama al instante de haberse producido la noticia”[16].
Se trata de un público nuevo, diferente al paciente y agradecido lector que tradicionalmente consumía sumisamente cuanto la prensa y los demás medios le proporcionaban. Un usuario al que se exige tener unos conocimientos previos adquiridos, unas técnicas y unos recursos; es decir, tiene que poseer un ordenador con el Sistema Operativo (S.O) Windows y saber utilizar un navegador, por ejemplo, Internet Explorer.
“A diferencia del periódico de papel, el electrónico no se ve obligado a esperar a la siguiente edición para poner a disposición de los lectores las últimas noticias o los aspectos más novedosos de dichas informaciones. Esta característica equipara en la práctica al nuevo medio con la radio y la televisión [17]“.
Hoy día para acceder al público existen nuevos canales para transmitir la información. El mercado laboral se amplía para los muchos licenciados en periodismo que ven como existen otras oportunidades distintas a las que ofrece el sempiterno trinomio prensa, radio y televisión.
“Muchos periodistas triunfarán directamente en Internet, sin pasar por la redacción de un periódico, radio o televisión, como es el caso de Matt Drudge que en su web fue la primera persona en destapar el caso de la becaria estadounidense Monica Lewinsky[18].
2. Nuevos problemas profesionales y laborales específicos del periodismo digital
La situación laboral de los periodistas digitales no es óptima, tal y como revelan algunos estudios recientes. Los primeros resultados sobre este aspecto se presentaron a la opinión pública en las Jornadas “Periodistas digitales, precariedad en la Red”, celebrada el 5 de abril de 2003 en la Casa Elizalde de Barcelona. Un estudio de campo realizado por el Sindicat de Periodistes de Catalunya y el Grup de Periodistas Digitals[19], con el objeto de hacer una radiografía realista de las condiciones en que trabajan los profesionales de la información en Internet, revela las múltiples demandas del sector.
Por mostrarlas brevemente, de modo suscinto y sistemático, serían las siguientes:
Problemas profesionales:
· La Universidad no proporciona suficiente formación sobre periodismo digital.
· El periodista digital trabaja prácticamente siempre frente al ordenador y no se le permite en muchos casos salir a la calle para dar cobertura a la información.
· Depende de los teletipos de agencia y del teléfono.
· El trabajo delante de la pantalla durante toda la jornada afecta la salud del periodista.
· A menudo los periodistas digitales han de realizar múltiples tareas, algunas muy técnicas y más bien poco vinculadas a su condición profesional, que además no están reconocidas ni valoradas en su contrato.
· Existe un vacío en la regulación de los derechos de autor de los periodistas digitales en las empresas en donde trabajan.
· Los/ as empresarios/ as de medios tradicionales creen que invertir en la edición digital supone una pérdida de dinero. Se acogen a una política de mínimos que perjudica principalmente a los periodistas digitales, que no disponen de suficientes recursos humanos ni materiales para desempeñar su trabajo en buenas condiciones.
· El mercado no conoce bien lo que pueden ofrecer los/ as profesionales del Periodismo digital.

Problemas laborales:

· Hay una queja general en cuanto a que los sueldos son más bien bajos y, en el caso de medios digitales asociados a medios tradicionales, una menor remuneración respecto a sus colegas de profesión de los medios tradicionales.
· Se dan casos en que la empresa se niega a negociar convenios.
· Existen situaciones en que se contrata a los periodistas con una categoría laboral inferior a la que les correspondería. Pero todavía hay más en que no se realiza ningún tipo de contrato estable.
· Los /as periodistas digitales acostumbran a cumplir más horas de las estipuladas, prolongan su jornada laboral sin cobrar por las horas extras.
· Las empresas abusan de los contratos de prácticas por tener mano de obra barata.
· Hay muy poca estabilidad laboral, debido al tipo de contratos que se realizan y por la fragilidad de las empresas digitales.

En relación con las precarias condiciones laborales que sufren los periodistas digitales resultan ilustrativas las conclusiones de un informe realizado por el OPTI, Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial en marzo del 2004:
“Internet, aún de forma incipiente, ha comenzado a cambiar los métodos de trabajo en los medios, en la información y en la comunicación. El número de usuario de los medios digitales aumenta a un ritmo superior al de los nuevos internautas y las audiencias de los diarios on line empiezan a superar al de sus homónimos en papel. Hoy día los medios digitales disponen de 2,6 millones de lectores diarios. Los periodistas se han tenido que adaptar a trabajar de cara a la nueva realidad digital, mientras nuevos agentes de la información empiezan a señalar con su actividad que el periodista empieza a poder no ser imprescindible. Los medios digitales comienzan a ser una amenaza ante los medios clásicos al ser cada vez más los lectores de prensa on line que dejan de comprar prensa escrita, a la vez que aumenta el porcentaje que consulta Internet y abandona la televisión, aunque sea testimonial, si se apunta esta tendencia. Pero no todo es positivo en este nuevo panorama. Los resultados de una encuesta sobre la situación laboral de los periodistas digitales revela la inestabilidad laboral en la que la mayoría realizan su trabajo”[20].

Al respecto, el profesor de la Universidad de Murcia, Pedro Antonio Rojo resumía durante las I Jornadas de Periodismo Digital SICARM, Sociedad de la Información Comunidad Autónoma de Murcia, celebradas a primeros de junio en la capital pimentonera, cuales eran las exigencias profesionales que se demandaban al profesional digital y lo hacía utilizando tres conceptos estrechamente relacionados con las nuevas tecnologías: multimedia, multitarea y multiplataforma:

“La realidad de la calle es que al profesional de la comunicación se le exige que sepa el funcionamiento de herramientas multimedias, q sea multitarea: obligado a asumir múltiples labores desde la redacción, la fotografía, el diseño, etc. y además que sea un periodista multiplataforma, es decir que tenga la habilidad suficiente como para difundir cualquier tipo de información utilizando cualquier soporte sea interactivo, impreso o audiovisual y eso es lo que están demandando las empresas que pagan fatal a los periodistas y que encima les están explotando” Y esa es la realidad que hay por lo que está muy bien plantearse la convergencia a nivel universitario para converger con las universidades de Europa pero esta convergencia a nivel formativo debe llevar pareja una regulación de la realidad profesional, sino estamos formando chicos de todo a cien, “máximo trabajo, máximo esfuerzo y todo mal pagado”[21].

La propia Asociación de Diarios Españoles, en su última obra publicada contiene un capítulo crucial de obligada referencia titulado “Convergencia de redacciones, inevitables pero…¿posible?, dentro del apartado “De periodistas a proveedores de información”:
“los primeros pasos hacia la convergencia de redacciones ha dividido a los redactores en dos grupos: resistentes al cambio (integrado por los que se sienten amenazados) y fuertes competidores (formado por todos aquellos que en los cambios ven una oportunidad para mejorar su trayectoria profesional). El primero de estos grupos argumenta que la redacción multimedia puede conducir a un Periodismo más barato y menos elaborado. El segundo cree que el trabajo conjunto redundará en información de mayor calidad en los distintos medios. Para entender más de estos argumentos hay que ver quién está detrás de estas dos posturas. Los periodistas que se ven amenazados son, en general, aquellos que tienen más de 10 años de experiencia que vivieron otros tiempos del periodismo, con una buena reputación profesional y a quienes los ordenadores les pillaron ya fuera de la Universidad. Este grupo considera que trabajar para Internet es un desperdicio de su buen nombre, sus conocimientos y su experiencia (mostrada día a día con la firma de un periódico o con su imagen ante una cámara de televisión) en el anonimato, la rapidez y la falta de profundidad transmitida en la Red”[22].

Una amenaza que se torna oportunidad para los jóvenes periodistas incorporados a los medios digitales que, sin embargo, sufren la condena del anonimato y son irreconocibles para el gran público al firmar con un nombre genérico que no les permite individualizarse. Es el caso, por ejemplo, del conocido portal Segundosfuera.com[23], canal temático de deportes del grupo francés Wanadoo, donde los redactores permanecen sepultados a los ojos de sus lectores al aparecer como “redacción segundosfuera.com”. En otros canales especializados en la práctica de actividades deportivas de portales tan visitados como Terra-Lycos o Yahoo, los profesionales dan cuenta de la autoría de la noticia repitiendo el nombre del portal al final del artículo, pero omitiendo igualmente el de los responsables de la redacción del artículo. Los autores sólo se pueden reconocer por su estilo a la hora de escribir algo imposible para el gran público.

En mi opinión y como periodista que desempeña su trabajo en un medio de comunicación digital, Regmurcia.com, un portal integrado por otros cuarenta y cinco, uno por cada municipio de la Comunidad Autónoma de Murcia y estructurado a su vez por otros dieciséis canales de temática variada: me atrevo a asegurar que el periodista del futuro, deben poseer una serie de actitudes concretas, estas son: tener una perspectiva multimedia, valorar las Nuevas Tecnologías y conocer el manejo y funcionamiento de los programas de edición de texto y retoque fotográfico teniendo, eso sí, un estilo de escritura que interese a los medios on line y caracterizado, fundamentalmente por su frescura y originalidad. Un reportaje lo hace cualquiera pero un buen reportaje no lo hace tanta gente. No se quieren “limpiateletipos”, sino profesionales del teclado capaces de aliñar con ciertas dosis de gracia e ingenio algo tan aparentemente aséptico como un marcador digital destinado a la retransmisión en directo del deporte rey, y todo ello con la máxima celeridad posible, de forma casi simultánea y sin depender de otros profesionales para realizarlo:
“la inmediatez o tiempo real es una de las características de l medio digital y por ende del periodista que labora en ese medio. Las noticias deben darse prácticamente en el momento en que están ocurriendo o se pierde el impacto respecto a otros medios competidores. Esta es una de las razones por las que el periodista debe ser un experto en herramientas tecnológicas, así no tiene que depender de terceros para reproducir y reportar la noticia”[24].

El director del Laboratorio de Comunicación Multimedia MMLab, Ramón Salaverría cita en un artículo sobre cómo escribir para la prensa digital las palabras pronunciadas por Francisco Sancho en el Seminario Internacional “Periodismo Digital: un reto en América Latina y el Caribe, celebrado en Quito, Ecuador. De esta forma explica cómo Sancho, quiso romper el cliché que identifica al periodista digital con ese “periodista ficción” más preocupado por la tecnología que por la información:
“Lo que distinguirá al periodista digital de sus compañeros de otros medios-dijo-serán los métodos y las técnicas pero nunca los contenidos: la información veraz, rigurosa y honesta al servicio exclusivo de la sociedad”[25].

Una idea que coincide con la expuesta por Rafael Carrasco Polaino en las Jornadas de Periodismo Digital del SICARM, Sociedad de la Información de la Región de Murcia, cuando asegura que
“existe un cambio a la hora de informar, hemos pasado de la transmisión de la información a la que se accede de forma masiva, todos sabemos lo que ha pasado y de forma gratuita y nos enteramos, a la generación y producción de contenidos. Y aquí radica la diferencia entre el periodista tradicional del digital. Sin embargo y pese a esto, el perfil del periodista analógico no difiere del periodista que desempeña su trabajo en Internet dado que las técnicas que emplea para realizar su labor son las mismas: buscar un hecho noticioso, contactar con las fuentes del hecho, contrastarlas, redactar esa información y publicarla. Sin embargo el periodista digital, dadas las características del medio, da un paso más: ofrece información complementaria dado que Internet no ofrece límite. La labor del periodista digital no será tanto informar como generar unos contenidos de calidad”[26].

Una idea que ya avanzaban en 1998 Maria Jesús Pérez y María Perea:

“El actual periodismo on line no se basa en muchas ideas nuevas sino que es más bien la combinación de ideas antiguas, pero realizadas: mejor, más rápido, con un acceso más logrado, con un diseño más innovador, con contenidos personalizados y con elementos comunicativos ajenos a la prensa tradicional. Como resultado, estas innovaciones se denominan tecnologías y producen fenómenos comunicativos diferentes”[27].

Victor Manuel Pareja Pérez, del CINDOC-CSIC, define al periodista digital como aquel “profesional que vincula su trabajo a la edición y publicación directamente en la Red” y continúa “el periodista multimedia no se decanta ni trabaja para un medio o formato concreto, sino que domina todas las técnicas e instrumentos para recabar, procesar y emitir la información en cualquiera de ellos, ya sea televisión, radio o Internet”[28].
Sin embargo, conviene precisar que el hecho de que el profesional de la comunicación pierda parte de su tiempo en procesos de tipo técnico en menoscabo del que debe ocupar en la elaboración de la noticia, puede afectar a la calidad de la misma. Así, sólo los profesionales más aventajados serán capaces de elaborar una información de calidad en un tiempo récord.

Como última idea me gustaría resaltar la idoneidad de potenciar el estudio y la investigación en cuanto a periodismo digital se refiere, la necesidad de celebrar numerosos cursos y jornadas a fin de delimitar las tareas del nuevo comunicador favoreciendo el debate y mostrando a los usuarios y a los jóvenes periodistas que es lo que se cuece en las nuevas redacciones. Les invito pues a asistir a las II Jornadas de Periodismo Digital que a finales de mayo de 2005 y durante dos días se celebrarán en Murcia.

BIBLIOGRAFÍA

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[1] Armañanzas, E. Diaz Nocy, J. y Meso, K. (1996): El periodismo electrónico. Información y servicios multimedia en la era del ciberespacio, Ed. Ariel Comunicación, Barcelona, p.117.
[2] TELEFÓNICA (2000), La sociedad de la información en España. 2000. Presente y Perspectivas, publicado en Telefónica, Sociedad de la Información (http://www.telefonica.es/sociedaddelainformacion/espana2000/), 2 de septiembre de 2004.
[3] CMSI, Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, “Declaración de Principios. Construir la Sociedad de la Información: Un desafío global para el nuevo milenio”, Artículo 4, En Unión Internacional de Telecomunicaciones (http://www.itu.int/wsis/docs/geneva/official/dop-es.html). 24 de mayo de2004.
[4] La voz Internet ha sido incluida y admitida en el 2004 en el Diccionario de la Real Academia, donde aparece definida como "red informática mundial, descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras u ordenadores mediante un protocolo especial de comunicación”.
[5] CEREZO, J.M. y ZAFRA J.M.(2003). “El impacto de Internet en la prensa”. En: Cuadernos de la Sociedad de la Información, 3, Fundación Auna. Texto íntegro [PDF]: http://www.fundacionauna.org/documentos/analisis/cuadernos/impacto.pdf
[6] Ibid.
[7] MORENO FERNÁNDEZ, P.M. (2004): “El Periodista Digital: Perfil de un nuevo comunicador”. En Jornadas de Periodismo Digital SICARM 2004, (http://www.sicarm.com/servlet/vsicarm.servlets.RetransmisionServlet?METHOD=PONENCIAS04).1 de junio de 2004, Murcia.
[8] CARRASCO POLAINO, R.: “El Periodista Digital: Perfil de un nuevo comunicador”. En Jornadas de Periodismo Digital SICARM 2004, (http://www.sicarm.com/servlet/vsicarm.servlets.RetransmisionServlet?METHOD=PONENCIAS04).1 de junio de 2004, Murcia.
[9] Alonso, J. y Martínez, L. (2003): “Medios interactivos: caracterización y contenidos”, en Díaz Noci, J. y Salaverría, R. (coords.): Manual de redacción ciberperiodística. Ariel, Barcelona.
[10] Armañanzas, E. Diaz Nocy, J. y Meso, K. (1996): El periodismo electrónico. Información y servicios multimedia en la era del ciberespacio, Ed. Ariel Comunicación, Barcelona, p.46.
[11] Ibid, p.48.
[12] ESTÉVEZ, J (2002): El Periodismo en la Red, Ed. Anaya Multimedia, Madrid, p. 174-175.
[13] Ibid.
[14] “Los medios digitales del futuro serán "jugadores nuevos", alguno de los cuales ya esté tal vez entre nosotros” En Dosdoce.com de Comunicación, Arte y Literatura (http://www.dosdoce.com/pagina_nueva_16.htm). 6 de Abril de 2004.
[15] Ibid.
[16] SALAVERRíA, R. (2001): Aproximaciones al concepto multimedia desde los planos comunicativo e instrumental. En Estudios sobre el mensaje periodístico, Número 7, Edita Universidad Complutense, p. 393.
[17] MARTÍNEZ VEGA, J. A. (1998): El periódico electrónico: un nuevo medio de comunicación para el tercer milenio, Edita Departamento de Publicaciones e Intercambio Científico de la Universidad Europea, Madrid, p.20.
[18] Meso Koldobika, K. (2003): “Nueva profesión: el periodista digital”. En Revista Chasqui, número 81, (http://www.comunica.org/chasqui/81/meso81.htm). 23 de Abril de 2004.
[19] “Jornada Periodistas digitales, precariedad en la red”. En Grup de Periodistes Digitals (http://www.periodistesdigitals.org/form/encperiodista.htm). 18 de Abril de 2004.

[20] OPTI, (2004): “El futuro de los medios de Comunicación ante el impacto de las Nuevas Tecnologías”. En Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial, (http://www.opti.org/publicaciones/pdfs/medios_comu.pdf), 25 de mayo de 2004.
[21] ROJO, P. A.: “El Periodista Digital en la Universidad: Convergencia con Europa”. En Jornadas de Periodismo Digital SICARM 2004, (http://www.sicarm.com/servlet/vsicarm.servlets.RetransmisionServlet?METHOD=PONENCIAS04).1 de junio de 2004, Murcia.
[22] AEDE, (2004): “De periodistas a proveedores de información”. En Libro Blanco de la Prensa Diaria. Estudios sobre los medios de prensa escrita desde las ópticas empresariales, tecnológicas, legales, éticas y de contenidos, Convergencia de redacciones, inevitables pero…¿posible?, Edita Asociación de Diarios Españoles. p.315
[23] “Vívelo en directo a partir de …”, En Segundosfuera.com, (http://www.segundosfuera.com). 17 de noviembre de 2004.
[24] NISHIO, M.; DOMINGO, S.: “El periodista digital, otra forma de comunicación”. En Listín Diario.com.do, (http://www.listin.com.do/antes/agosto03/170803/cuerpos/dinero/din4.htm). 17 de agosto de 2003.
[25] SALAVERRIA, R.; “Diseñando el lenguaje para el periodismo, ¿Cómo escribir para la prensa digital?”. En MMLab, Universidad de Navarra, (http://www.mediaccion.com/mediaccionline/temas/periodigital/object.php?o=192), 26 de octubre de 2004.
[26] CARRASCO POLAINO, R.: “El Periodista Digital: Perfil de un nuevo comunicador”. En Jornadas de Periodismo Digital SICARM 2004, (http://www.sicarm.com/servlet/vsicarm.servlets.RetransmisionServlet?METHOD=PONENCIAS04).1 de junio de 2004, Murcia.
[27] PÉREZ LUQUE, M. J.; PEREA FORONDA, M.(1998): Pérez-Luque, M.J. y Perea, M. “El reto de crear noticias online, Multimedia y Documentación Informativa: tendencias actuales”, en Cuadernos de Documentación Multimedia, Núm. 6-7, Ed. Universidad Complutense, Madrid.
[28] Pareja Pérez, V. M.(2003), Guía de Internet para periodistas, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, En Centro de Información y Documentación Científica, CINDOC, Madrid, p.32.

13 septiembre 2005

Medios Masivos de Comunicación

Le falta mucho a este tema... busquen otras fuentes

Actualmente, la sociedad contemporánea se encuentra inexorablemente inmersa en el modelo económico de sociedad de consumo. La comunicación, en este sentido, es el marco teórico y practico para investigar, planificar y realizar los procesos de la vida contemporánea: sociales, culturales, cívicos y económicos, políticos, militares. Nada sucede al margen de la naturaleza de la comunicación social.
La situación derivada del grado de avance de una sociedad y, dentro de esta, de un organismo, institución, empresa o grupo, solo es factible en tanto tenga la capacidad para comunicarse consigo mismo y con el mundo que le rodea.
El grado de avance de la tecnología, el adelanto científico y el perfil de la proyección filosófica exigen con mayor intensidad la verificación y operación de dos situaciones, ambas de igual importancia.
Capacidad para emitir información de instrumentar un modelo de comunicación y obtener la reacción del receptor; y Capacidad para obtener y asimilar la información y, en consecuencia, actuar.
La dinámica grupal, orgánica e institucional depende de la capacidad de transmitir información y de asimilarla, además de la eficacia del flujo comunicacional, mediante el cual, receptor y emisor logran la interrelación activa, inmediata y objetiva.
La comunicación social hace posible la satisfacción del imperativo de revisar la capacidad de las sociedades, instituciones e individuos, para detectar, asimilar y encauzar la aceleración del cambio, así como la necesidad de incorporar este a sus sistemas y con máxima eficiencia con vistas a sus objetivos.
Concepto de medios masivos de comunicación social.
Es la aplicación de los principios, de las técnicas de la información, sociológicas, políticas y económicas para la difusión de datos, vertebrados y estructurados, sistematizados y estimados dirigidos a los grandes conglomerados. En otras palabras implica el manejo de información orientadas a numerosos sectores de la población, a la nación misma y a los habitantes de otros territorios, es decir, a la sociedad en general.
Efectos de la comunicación de masas sobre el comportamiento individual y de grupos.
Las clases sociales.
Las clases sociales son grandes conjuntos de personas que se distinguen por los rasgos específicos de su cultura y su situación económica, son, pues complejos culturales y económicos.
Las masas.
El termino mas a se usa como sinónimo de multitud; en el sentido estadístico, masa de los espectadores, masa de los electores, y otros giros ( como una forma y grado de sociabilidad). "Es una formación social indeterminada, pero con características comunes generalmente de orden ocupacional), que existe dentro del cuerpo de la sociedad."
La masa, como tal, es diferente de la clase. se limita a los países industrializados o de organización social compleja, incluyendo los que se encuentran "en vías de desarrollo" es un conjunto amorfo y, como señala "anónimo y difuso".
La multitud.
Cuando los individuos se encuentran frente a frente, en una proximidad espacial bien definida, pero no ofrecen claras características de organización, constituyen una multitud.
La muchedumbre.
"Reunión de seres humanos que forman una unidad, aun cuando esta sea solo transitorio, inestable y relativa a determinados aspectos circunstanciales. Es decir, en este sentido la muchedumbre es una multitud de personas que, por cualquier causa, dirigen su atención hacia una misma cosa, con lo cual empieza a surgir una cierta unidad de comportamiento".
El publico.
"El publico es una denominación que se supone, en efecto, un espectáculo así, en su expresión mas clara y sencilla, el publico es un grupo ocasional de espectadores de cualquier cosa que se presente ante ellos. Esto se supone la presencia de un local o lugar determinado; pero como en la realidad social es indiscutible que existen públicos permanentes en torno a ciertas actividades sociales, que no reúnen en parte alguna, la plena configuración del concepto se dificulta mucho."
Para recanses es "un conjunto de personas que se reúnen, por su propia voluntad deliberada, en un lugar previamente escogido, para asistir a un acto que se les ha sido anunciado con anterioridad".
Auditorio.
Esta constituido, como su nombre lo indica, por oyentes. Se define por la conjunción de personas que asisten a una celebración a actividad determinada, a fin de obtener un conocimiento dado, orientación en algún aspecto de sus actividades o de su vida, son todo oídos para saber, en tanto el publico de espectáculos auditivos es todo oídos para escuchar, porque en el simple hecho de hacerlo encuentra deleite.
Hecha esta descripción tan necesaria, podremos entender perfectamente que aplicaciones tienen la dinámica interna y externa de grupos y cual es su aplicación en la practica de nuestras actividades cotidianas, sobre todo en el campo administrativo.
La administración por esencia, coordinación. Sin comunicación no hay comunicación no hay coordinación ni administración. La esencia del flujo comunicativo o la comunicación parcial, no integral, define generalmente un ambiente de fracaso administrativo.
Clasificación de los medios masivos de comunicación.
Se clasifican en medios impresos y electrónicos.
Libros. Periódicos; Revistas; Historietas, y Volantes.
Electrónicos.
Cinematografía; Radio, y Televisión,
Factores que inciden en el proceso de medios.
Agencias noticias; Enlace intencional de medios de comunicación; Mercados de materiales; Tratados internacionales; Satélites y microondas; Marco jurídico de referencia, y Mercado nacional e internacional.
Medios impresos: cuando se comunica a través de medios impresos produce los siguientes efectos:
instrumentales : utilización de la información para resolver problemas prácticos y personales. Estimación propia de prestigio: alabanzas al grupo que se pertenece el lector.
Reducción de sentimientos de culpa o inferioridad. Identificación de expectativas para el lector.
Refuerzo. Apoyo a una posición que ya ha asumido en algún punto de controversia. Enronquecimiento de experiencia estética, Esparcimiento.
Libros: los efectos profundos de ciertos libros están fuera de discusión. Por ejemplo, son de mencionarse El Capital de Marx, y la Biblia.
Otros muchos libros han promovido reformas sociales, apoyado acciones que cambiaron el curso de la historia y, desde luego, han difundido el pensamiento y la cultural, sin embargo, la medida de sus proyecciones escapa a este trabajo. Las ediciones de libros tipo rústico han popularizado difusión en gran escala.
Los periódicos: son principalmente vehículos de noticias. se ha creído encontrar su influencia principal en la orientación de la conducta política.
La noticia constituye una forma de conocimiento en tanto es resultado de la sistemática investigación de la naturaleza.
Revistas: se imprimen en el caso de los diarios o periódicos, en dos o más colores, o en blanco y negro; pueden editarse mediante impresión offset y /o retrogradado.
Por su periodicidad pueden ser:
Semanales. Quincenales. Mensuales, bimestrales, trimestrales.
Por su contenido pueden ser:
Científicas; Técnicas especializadas en arreas determinadas (música, arte, religión, política, medicina, ingeniería, administración, contabilidad, etc.) Especializadas en ramas precisas de la cultura cotidiana (cine, espectáculos, deportes, etc.)
Revistas e historietas:
En función de la circulación de las revistas e historietas tienen en la actualidad, se constituyen en un importante vehículo de comunicación masiva, incluso sin descartarse la posibilidad de poner este medio al servicio del arte, la ciencia y la cultura, al menos en su perfil de difusión y masificaron.
Hojas volantes: fundamentalmente, ejercen un flujo en relación a la conducta política. Han sido usadas extensamente en la figura psicológica y resultan de gran efectividad.
Como vehículo publicitario, las hojas, volantes, además de su importancia tienen por lo general un bajo costo.
Como variante de las hojas volantes tenemos la carta de servicios, documento que define y precisa y difunde los aspectos básicos de servicio que un despacho profesional puede prestar, o un consorcio especializado puede proporcionar.
Medios electrónicos: En las tres ultimas décadas, el uso de estos medios ha permitido llegado como nunca antes en la historia de la humanidad, a públicos tan numerosos provocando reacciones generalizadas en los siguientes ordenes:
Psicoconductualista; Niveles actitudinales homogéneos; Provocación de reacciones uniformes para hábitos de consumo; Fundamentación de ideologías a nivel masivo; Orientación de grupos de poder y presión; Control de tarifas publicitarias, que a la postre se han convertido en factores inflacionarios; Manejo monopolio de los medios; Capacidad de penetración con patrones socioeconómicos predefinido; Manejo de la opinión publica.
Cinematografía: el cine el primer elemento histórico de la comunicación masiva electrónica se ha convertido en un emporio de alcances mundiales. Su importancia, proyección y ámbito de impactación y penetración constituye el medio masivo por excelencia, que, orientado debidamente, permite el mundo de lo colectivo.
La cinematografía tiene importancia para el administrador este en el sector publico o privado, por que:
Facilita la emisión de mensajes al mas alto grado de objetividad Permite la asimilación del, mensaje en los niveles consiente y subconsciente e incluso subliminal. Mueve a la acción inmediatamente, pues recurre, propone y deleita, enseña y trasmite información. Provoca el cambio actitudinal mediante la planeación de secuencia con el fin citado. Obtiene reacciones en dos sentidos: individual existencial, y social, Difunde patrones de hábitos, consumo y uso, y Origina la concentración de grandes públicos que, al entrar en contacto físico, reaccionan en sentido gregario y facilitan la penetración e impacto del mensaje.
La radio: tiene una gran importancia por su penetración y alcance, mayor que el de la cinematografía. Recordemos que han existido eventos relevantes que simultáneamente han llegado a cerca de 500 millones de personas.
Posee características de ser contemporánea, disponible, personalmente atractiva y omnipresente. Se le ha considerado como medio de información superior a las cartas circulares, las exhibiciones, letreros y otros tipos de comunicación.
Parece ser que los receptores muestran una tendencia a creer y aceptar gran parte del material que se trasmite, aunque las ideas resulten contradictorias.
La televisión: constituye el medio de más rápido desarrollo, con la tendencia de desplazando a los otros medios. Tiene enormes posibilidades en el campo de la educación y en la transmisión de información. Los efectos de la visión más notorios en las actividades destinadas a las horas libres son de descenso en la asistencia al cine y eventos deportivos, sustitución del habito de escuchar la radio o leer; la disminución de visitas de conversación.

06 septiembre 2005

La Entrevista

Sofismas de distracción
Gabriel García Márquez *
(Pregunta de Camilo González Díaz, vía Internet, a la revista Cambio.)
…Otra cosa que me preocupa de las entrevistas es su mala reputación de mujer fácil. Cualquiera cree que puede hacer una entrevista, y por lo mismo el género se ha convertido en un matadero público donde mandan a los primerizos con cuatro preguntas y una grabadora para que sean periodistas por obra y gracia de sus tompiates. El entrevistado tratará siempre de aprovechar la oportunidad de decir lo que quiere y -lo peor de todo- bajo la responsabilidad del entrevistador. El cual, por su parte, tiene que ser muy zorro para saber cuándo le han dicho la verdad. Es el juego del gato y el ratón, hoy consagrado en su etapa primaria por las entrevistas en directo y a boca de jarro, que casi siempre se aprovechan para aprender. O para foguear novatos armados, cuyo peor mérito para ser periodistas es que no se asustan de nada y van a la guerra con ametralladoras magnetofónicas sin preguntarse hasta dónde y hasta quién pueden llegar las balas…



La entrevista en la comunicación política:una mediación desvirtuada
Patricia Stambuk Mayorga *
RESUMEN: La concentración en la propiedad de los medios de comunicación ha restado credibilidad al papel de guardián que se asigna a la prensa respecto del poder político. No obstante, esta ponencia, basada en el análisis de entrevistas interpretativas en la prensa chilena, comprueba el rol mediador del periodista, con sus preguntas marcadas por componentes de "conflictividad positiva", propias del modelo de periodista adversario y de la comunicación política; pero también presenta evidencias sobre la predilección de los medios y de los actores del poder por los asuntos electorales y las polémicas entre dirigentes y partidos, en desmedro de los temas que justifican el poder. La actitud vigilante, mediadora, existe, pero se ha extraviado el sentido de esa función social. ABSTRACT: The concentration in the actual communication media has taken away part of the credibility in the role of guardian what is assigned to the press respecting of the political power. Nevertheless, this thesis based on the analysis on certain interpretative interviews in the Chilean press, proves the role mediator that has a journalist with his marked questions for components of the "positive conflict" typically from the adverse journalist and the political communication but it also presents evidences over the predilection of the different media and of the actors of power for the election affairs and the polemics between leadings and parties in stead of the subjects that justify the power. The vigilant attitude mediator exists, but the social sense of it has taken a different path.
Introducción
La entrevista a fondo o interpretativa es una de las expresiones más cotidianas y de mayor impacto en la comunicación política, área de intersección entre política y comunicación, dos actividades que tienen en común la carencia de reglas fijas.
El estudio de esta compleja expresión dialógica, caracterizada por la búsqueda de precisiones, explicaciones, y por una mayor contextualización de los hechos y sus protagonistas (Stambuk, 2002: 246), permite dimensionar, entre otros aspectos, las tendencias, omisiones y acentos de los medios de comunicación, al intentar cumplir con su función mediadora ( Gomis, 1991:176 ), a partir de diferentes tipos de relación entre políticos y periodistas.
Es, por lo tanto, un recurso privilegiado para detectar tanto el repertorio que los medios proponen a sus entrevistados como la actitud que los periodistas, ejecutores de las políticas editoriales, adoptan en el proceso de poner a disposición del lector los contenidos de estas conversaciones privadas que se hacen públicas.
María José Canel propone ( Canel, 1999: 23) como definición para la comunicación Política "el campo de estudio que comprende la actividad de determinadas personas e instituciones ( políticos, comunicadores, periodistas y ciudadanos) en la que se produce un intercambio de información, ideas y actitudes en torno a los asuntos públicos. Para la autora, la Comunicación Política es el intercambio de signos, señales, o símbolos de cualquier clase, entre personas físicas o sociales, con el que se articula la toma de decisiones políticas así como la aplicación de éstas en la comunidad".
Los mensajes de la Comunicación Política, en este caso, son tanto las preguntas de los periodistas como las respuestas de las fuentes, contenidas en una acción específica de comunicación, que relevamos como uno de los fenómenos comunicativos más elocuentes entre aquellos ligados al ejercicio del poder.
Al respecto, es conveniente advertir, como lo hicimos en investigaciones precedentes, respecto a las limitaciones objetivas que presentan las entrevistas a fondo escritas, para la realización de análisis retóricos, estratégicos y argumentativos en las respuestas de las fuentes y también para el examen de la relación pregunta-respuesta. Estas restricciones se derivan de la manipulación que ocurre en los textos periodísticos, sobre todo en los corpus en estudio, es decir, entrevistas por lo general extensas y multitemáticas, donde la literalidad es excepcional; las preguntas pueden ser alteradas en la redacción final; el contexto debe ser omitido total o parcialmente por razones de espacio o subjetividad y el orden final en que se publicó el diálogo suele ser muy diferente al que en realidad sucedió. Desde todo punto de vista, es una reconstrucción. Muy distinto es el caso de los debates en directo en televisión o de las entrevistas audiovisuales sin editar.
El Cuestionario
El primer objetivo de la investigación fue someter a prueba una tipología inicial de identificación del cuestionario político, no sólo con nuevas aplicaciones en textos periodísticos, sino a través de aportes conceptuales desde la pragma lingüística. Las preguntas que conforman los cuestionarios de las entrevistas son analizadas como actos de habla perlocutiva, es decir, aquellos con que el hablante pretende, mediante una locución o enunciado, alcanzar un determinado fin práctico.
Una interrogante básica era si en la interacción lingüística el turno de la pregunta puede ser abordado con independencia del de la respuesta. Es lo que propone Susana Serra "al menos desde el punto de vista metodológico", a partir del carácter de libre que tiene ese turno, a diferencia del turno socialmente obligado de la respuesta, en que el receptor se ve obligado a responder. "Dejar una pregunta deliberadamente sin contestar es "infringir" las normas de interacción fundamentales y exponerse a una sanción social, "consecuencia posible o necesaria de una acción 'no convencional', afirma la autora (Serra, 2002: 40).
La conflictividad en la Comunicación y la Política
Un punto de partida para el análisis de este tipo de entrevistas es que la toma de decisiones o medidas políticas implican conflicto, que en torno a ellas se presentan diferentes posturas y posiciones, a menudo polémicas, y que esta naturaleza de la actividad coincide con el criterio periodístico dominante en la construcción de la noticia: la controversia, el disenso.
Las declaraciones se han convertido en un vehículo de discursos - acto de enunciación que subyace a todo enunciado, esto es, supone un emisor y un receptor y en el primero la intención de influir en el otro de algún modo (Benveniste, 1974, en Fernández, 1999:19)- a través de los cuales los políticos canalizan sus posiciones respecto a sus rivales. Hay en este proceso una asociación permanente entre medio, discurso y conflicto.
Proponer el concepto de conflictividad positiva para calificar algunas de las interrogantes que conforman el cuestionario político, nos parece muy justificado. Es coherente con los criterios mediáticos para construir la noticia y con las características propias del quehacer político: problemas, demanda de soluciones, enfrentamientos, es decir, una coyuntura permanente, con esperadas repercusiones.
Un ejemplo clásico en este campo es el de Oriana Fallaci, cuya huella en el periodismo político es innegable. Más allá de su estilo exigente, opinante y agresivo, y de sus propios compromisos políticos, la periodista italiana fue el estereotipo de la mediadora entre representados y representantes o entre oprimidos y opresores. Tras el propósito de revelar los hilos del poder, responsabilizar a los gobernantes de sus acciones y demandar respuestas o explicaciones por los que no podían hacerlo, testimonió que el llamado cuarto poder podía hablar de frente con aquellos líderes que manejaban el mundo.
Los temas
En cuanto a los asuntos tratados, se efectuó un registro completo, sin listado previo, sujeto a la aparición de cada asunto en los textos, porque a diferencia de investigaciones anteriores, donde el carácter político de las entrevistas era definido por sus contenidos generales y fuentes, aquí fue necesario un detallado examen del amplio repertorio de cada caso para determinar el tema principal. Por cierto, los criterios periodísticos más visibles -contenido del título, extensión con que ha sido tratado, etc- resultan insuficientes para resolverlo.
METODO
Los medios elegidos representan el máximo pluralismo posible respecto a fuentes, temas y posiciones ideológicas, considerando la gran concentración de la propiedad de los medios de comunicación en Chile.
La muestra está conformada por entrevistas publicadas en los suplementos semanales del diario La Tercera, El Mercurio y La Nación; la edición de los viernes de La Segunda; las revistas de periodicidad semanal Qué Pasa, Siete más siete y El Siglo; las revistas quincenales Ercilla, Caras, Cosas, Capital, Punto Final y The Clinic; y la publicación mensual Rocinante.
La plantilla propuesta para examinar los cuestionarios políticos fue aplicada a 52 entrevistas políticas. El procedimiento para llegar a este corpus en esta parte de la investigación fue el siguiente:
a) De las publicaciones revisadas, que son prácticamente todos los medios de comunicación masiva escritos disponibles en el mercado que podían contener entrevistas políticas, se obtuvo una primera muestra con todas las entrevistas del periodo ( 203 en ocho semanas, julio y agosto), de las que se determinó a través del análisis de su contenido los temas principales y secundarios. El registro incluyó, por lo tanto, a todas las fuentes que aún sin ser políticas desde alguna perspectiva formal -por cargo, elección, etc.- aludían a temas de naturaleza política en las entrevistas.
b) Luego se acotó el corpus a una segunda muestra, con la selección de un producto por medio de comunicación, tomando en cuenta criterios periodísticos objetivos: Portada, extensión, agenda semanal, ubicación preferente, gráfica, firma de autor, agenda y otros. (80 entrevistas).
c) Finalmente, para clasificar el cuestionario de acuerdo a su calidad, se determinó un tercer desglose en que el principal criterio de selección fue que el entrevistado ejerciera un cargo gubernamental asignado o de elección popular o que aspirara a tenerlo en cualquier ámbito: el legislativo, el gubernamental o el municipal (52 entrevistas). Es decir, personas con los "rasgos más puros" del oficio.
Si bien consideramos fuentes políticas no solo a quienes detentan el poder o aspiran a conseguirlo, puesto que cualquier ciudadano puede ser considerado una fuente política en la CP -según los contenidos que trate públicamente, por los medios-, se optó por acotar la muestra a aquellas personas que tenían una relación funcional con el poder.
Los pasos siguientes fueron revisar las preguntas del cuestionario de todas las entrevistas, para aplicar la tipología, comprendiendo a cada una de ellas como "real", puesto que en la entrevista existe intención indagativa no obstante la formulación interrogativa o aseverativa, es decir, aunque no sea la pregunta una oración clásicamente interrogativa, con mayor razón en su versión escrita, donde no hay oración de curva melódica ascendente que favorezca su distinción. En este examen, todas las preguntas pudieron ser categorizadas.
Respecto a los asuntos tratados, consideramos como Tema Principal en cada una de las 203 entrevistas examinadas, aquel que, en lo esencial, tiene más referencias vinculantes con los múltiples subtemas que suele haber en un texto de esta naturaleza, lo que requirió de un registro completo de Todos los demás Temas Tratados. El que más subtemas ( 43) registró fue Economía. La amplitud del corpus tuvo como finalidad incluir la mayor variedad posible de medios y casos.
RESULTADOS
Las preguntas
Como apunta Leonor Arfuch ( Arfuch, 1995:123) los objetivos de la pregunta pueden ser objetar, refutar, polemizar, pedir explicaciones, facilitarlas, demandar por promesas no cumplidas, acusar o confrontar con otras voces. También "disputar el espacio del otro, desviar una pregunta, interrumpir un hilo narrativo, agredir, cortar la palabra ( 1995:43); o desmentir, justificar, aclarar, retractarse. Podemos agregar insistir en busca de respuestas, exigir definiciones y coherencia, entre otros múltiples propósitos implícitos en la tarea específica del periodista.
Desde la perspectiva de la clasificación convencional de los géneros en informativo, interpretativo y de opinión, válida como recurso de ordenamiento académico, y a veces con límites menos reconocibles en nuestro periodismo postmoderno, podríamos haber intentado un primer ordenamiento.
Sin embargo, esta clasificación se presentaba insuficiente al considerar el objetivo implícito en su formulación. De allí el concepto de Conflictividad positiva que estamos reafirmando para el cuestionario de la entrevista política, sustentado ahora -como lo consignamos en las definiciones iniciales de Comunicación Política- en el reconocimiento del conflicto como un componente esencial de la política. No es conflictivo el cuestionario, no es conflictivo el periodismo o el periodista, es parte de la relación dialógica adecuada para el producto entrevista política, donde el tema predominante es el conflicto, la polémica, el disenso, la confrontación.
El apellido positiva, valida la actitud del periodista como un ejercicio permitido, justificado, del modelo adversarial, que " toma como punto de partida la existencia de un permanente conflicto de intereses entre periodistas y políticos" (Canel, 2001: 147) Hacer política es atacar y defenderse, justificar, refutar; actitudes que Martel (en Gauthier, 1995: 403) reconoce como estrategias relacionales en el análisis estratégico de los debates políticos.
De este concepto ordenador desprendemos 9 tipos de preguntas, descritos por las intenciones implicadas en estas. Las presentamos en el siguiente ejemplario, que facilita la identificación de los criterios con que fueron clasificadas las preguntas. En algunos casos es preciso, a modo de contexto, referir otras preguntas y también alguna(s) respuesta(s), por la dinámica que da su condición de reactiva.
De conflictividad positiva
1. De confrontación con dichos y/o acciones de fuentes discrepantes.- Carlos Urzúa, presidente de la DC provincial, señaló que ese cumplimiento no ha sido tal, pues a el le consta que hay colegios en los que ha faltado hasta la tiza...(El Siglo, a alcalde PC José Figueroa, por Raúl Blanchet).
2. De confrontación con dichos y/o acciones de fuentes afines al entrevistado.- Rodrigo Alvarez dijo en "Cosas" que usted hace "denuncias al voleo" y criticó que después no estuviera presente para hacerse cargo. (Cosas, a diputada Lily Pérez, por Paula Coddou).
3. De confrontación con sus propios dichos y/o acciones anteriores.- Cuando era candidato a la alcaldía dijo: "Suponiendo que yo quisiera ser candidato a la Presidencia de la República el 2005, ¿qué necesito? Ser el mejor alcalde posible de Santiago". Hoy ¿diría que ha sido el mejor alcalde posible? ( El Mercurio, a alcalde Joaquín Lavín, por Raquel Correa).
4. De cuestionamiento o puesta en duda sobre declaraciones, acciones o propósitos del entrevistado o del sector que representa.- ¿Y le parece normal que fondos destinados a labores parlamentarias se ocupen en funciones que son propias de un partido? (Qué Pasa, a subsecretario Francisco Vidal, por Gloria Faúndez)
5. Exigencia de definición de pensamiento, nociones o acciones referentes a las características o funciones de la fuente, otras fuentes afines o del sector que representa.-¿Por qué tanta oposición a un acuerdo gobierno-UDI? ¿Es para demostrar el poder demócratacristiano, para proteger a la clase media de un aumento de impuestos, para evitar que la UDI siga creciendo? (Caras, a senador Jorge Pizarro, por María Isabel de Martini)
6. Exigencia de definición de pensamiento, nociones o acciones referentes a las características o funciones del sector contrario.P: ¿El alcalde no es un líder?P: ¿Lavín no ejerce liderazgo en su sector?P: ¿No es un interlocutor para usted? (Siete +7, a Presidente Ricardo Lagos, por Mónica Gónzález)Comentario: Las tres preguntas fueron continuadas en la entrevista. El liderazgo de Lavín -que ya disputó una presidencial con Ricardo Lagos- es el pilar de su próxima candidatura presidencial por las fuerzas opositoras.
7. Exigencia de definición de pensamiento, nociones o acciones referentes a las características o funciones de terceros no identificables como afines o contrarios a la fuente.- (El comandante en jefe del Ejército, general) Izurieta fue el símbolo militar del cambio de los tiempos. ¿Considera buena su gestión? (Caras, a ex ministro de Pinochet, Francisco Javier Cuadra, por Totó Romero)
8. De insistencia en búsqueda de respuestas.P: ¿Puede ser también que los senadores Alejandro Foxley y Edgardo Boeninger se hayan liberalizado mucho?R: Ha habido un proceso de derechización del país...P: ¿Cómo en el caso de Foxley y Boeninger? (Cosas, a senador C.Ominami, por Juan Cristóbal Villalobos)Comentario: la respuesta evasiva de la fuente es acotada con la pregunta que le conduce a responder o mantener la evasiva.
9. De precisión de conceptos.R: Me ha tocado un momento difícil en Santiago. Con pocos recursos, en que he tratado de estirar el billete al máximo ( J. Lavín).P: O sea, no encuentra que ha sido el mejor alcalde ( El Mercurio, a alcalde Joaquín Lavín, por Raquel Correa).
Informativas, Inductoras, Opinativas e Ilativas
Luego se agregan en la clasificación aquellas preguntas que a diferencia de las anteriores se orientan más bien a requerir antecedentes sobre la fuente o el tema, sin una connotación conflictiva, las que son denominadas como Informativas, siguiendo la división convencional de los géneros; las Inductoras, que tienen como propósito o resultan expresadas de modo tal, que aportan en forma total o parcial la respuesta, proponiendo en la consulta algún o algunos conceptos favorables o adversos al entrevistado; condicionándola; las Opinativas, que buscan una respuesta a partir de una opinión del entrevistador, favorable o desfavorable a la fuente; y las Ilativas, es decir, aquellas que permiten mantener abierto el canal de comunicación, a través de recursos como muletillas, frases cliché, etc.
Finalmente, se consiga en este listado una característica formal, que es la enunciación Hipotética, es decir, aquella que sitúa al entrevistado en una realidad imaginaria, generalmente formulada a modo de juego, y otra Genérica, que definimos en función de la ineficiente atribución de los dichos que se expresan. Estas últimas, sin embargo, no tienen existencia por sí mismas, sino que son modalidades que pueden estar presentes en cualquiera de las anteriores.

Biblioteca Moderna de Periodismo
La crónica

(Primer capítulo del libro La Crónica, de la colección Biblioteca Moderna de Periodismo, editada por la Universidad Autónoma del Caribe de Barranquilla, Colombia)
Jaime de la Hoz Simanca * y Anuar Saad Saad *
La primera -entrevista- hay que verla como el gran apoyo. De hecho, algunos especialistas y escritores-periodistas la asumen como un sustento fundamental de los demás géneros y no como un género en sí mismo. Aparte polémicas, la entrevista es un ingrediente previo e imprescindible para la elaboración de la crónica, hoy concebida a partir del protagonismo visible de personajes que "mueven" la historia.

23 agosto 2005

Redacción Periodística

Este es el tema de la clase del lunes 22 de agosto.
Valió la pena la conferencia.
La tarea que dejamos era:
1.- Una nota informativa sobre la conferencia.

Este miércoles 24 habrá otra conferencia. Hy que asistir, pero antes, les pediré que nos veamos en el salón para entregarles tareas revisadas y aclarar algunos puntos. Después nos vamos a la conferencia.


Deontología profesional

El periodista debe ser objetivo e imparcial a la hora de redactar la información. La imparcialidad consiste en no posicionarse a favor o en contra de la información que estamos cubriendo. El periodista no debe imponer su opinión al lector ni influirle. Por tanto, daremos a nuestros lectores toda la información para que ellos mismos formen su propia opinión. Asimismo, daremos voz a todas las posturas implicadas en un tema para que den su versión de los hechos, aunque personalmente no estemos de acuerdo con alguna de ellas.
No debemos confundir parcialidad con subjetividad. Ésta última es la propiedad del sujeto y no debemos olvidar nunca que quien escribe es un sujeto, una persona, por muy impersonal que intente escribir. Aún así, vamos a tratar de ser lo más objetivos posible a la hora de redactar noticias y vamos a dejar la subjetividad para los géneros de opinión.

El periodista realiza su trabajo bajo dos tipos de normas:
a) Normas legales: amparadas por la Constitución.
- Derecho a la libertad de expresión y a recibir información veraz.- Cláusula de conciencia y secreto profesional.- Prohibiciones como el derecho al honor, a la imagen, a la intimidad, a la dignidad persona (delito de injurias y calumnias)
b) Normas de conducta profesional: códigos deontológicos
- Diferenciar entre los hechos y las opiniones.- Difundir únicamente información fundamental evitando datos que puedan herir al sujeto por ser imprecisos.- Rectificar con diligencia.- Utilizar métodos dignos para obtener información o imágenes.- Respetar el "off the record": una fuente nos da una información a cambio de que no citemos su nombre o la información que nos ha proporcionado. Esta información sólo nos servirá para interpretar o descubrir nuevos datos.- Reconocer el derecho a no dar información o responder a preguntas.- No se pueden aceptar gratificaciones por publicar una información.- Mantener el principio de presunción de inocencia.- Tratar con cuidado las informaciones que puedan suscitar discriminación por razones de raza, sexo, creencias o procedencia social y cultural.


El estilo periodístico (I)

El estilo periodístico es la utilización del lenguaje para construir una realidad. No hay una definición exacta del concepto "Estilo Periodístico" porque hay tantos estilos como periodistas. Lo que tenemos que tener claro es que vamos a utilizar nuestro estilo para cautivar al lector y para hacer que se lea toda nuestra noticia. En nuestra tarea como redactores, la palabra tiene un papel fundamental. Por ello, nuestro trabajo requerirá de un esfuerzo expresivo para encontrar la frase o la palabra más correcta en cada uno de los casos.

Éstas son unas pautas a seguir para la correcta redacción periodística:
(Consejo: toma una noticia de un periódico para observar en ella las pautas que se explican a continuación)

a) Cuestiones sintácticas:
- Mejor las frases cortas que las largas. La construcción sintáctica preferente será la de Sujeto-Verbo-Complementos.
Ej.: En la Malvarrosa, el presidente ha comprado un chalet. (MAL)
El presidente ha comprado un chalet en la Malvarrosa. (BIEN)
- Los complementos circunstanciales de tiempo tienen que comenzar la frase.
Ej.: A los concejales, el alcalde les mandó ayer un telegrama. (MAL)
Ayer, el alcalde mandó un telegrama a los concejales. (BIEN)
- Los complementos se redactarán del más corto al más largo.
Ej.: Ayer el equipo técnico salió hacia la India con el avión para preparar la expedición con tiempo con todo el material. (MAL)
Ayer, el equipo técnico salió en avión hacia la India con todo el material para preparar la expedición con tiempo. (BIEN)
- Suprimir los incisos. Es preferible redactar frases simples que frases con subordinadas.
- Usar preferiblemente estructuras con verbo.
Ej.: Han llegado a un acuerdo para la construcción de un parque. (MAL)
Han acordado construir un parque. (BIEN)
- Es preferible usar frases afirmativas que negativas.
Ej.: El Presidente no quiso hablar. (MAL)
El Presidente se negó a hablar. (BIEN)
- Es preferible usar la voz activa que la pasiva.
Ej.: La noticia fue difundida por la radio. (MAL)
La radio difundió la noticia. (BIEN)
- Es preferible utilizar los tiempos presentes que los pasados (especialmente en el titular) porque es aquello que actualiza la noticia.
Ej.: Alzira ha pedido más subvenciones. (MAL)
Alzira pide más subvenciones. (BIEN)
- Utilizar el estilo directo en las citas porque da vivacidad al texto.
Ej.: Barberá afirma que si son ciertos los rumores "dimitiré". (MAL)
Barberá afirma: "si son ciertos los rumores dimitiré". (BIEN)
- Mejor los verbos de acción que de estado.
- Hay que personalizar la información. No debemos esconder el sujeto de las oraciones.
- Hay que evitar las palabras que no aporten información.
Hay que tener en cuenta que éstas no son unas normas universales. Sólo son una serie de pautas a seguir para mejorar la redacción.

b) Cuestiones léxicas:
- Debemos utilizar las palabras más comunes para que el lector lo entienda. Hay que tener cuidado con los tecnicismos porque los periodistas debemos explicar la información al lector para que resulte de su comprensión. En todo caso, no podemos caer en coloquialismos o vulgarismos.
- Evitar e ir con cuidado con los neologismos y los extranjerismos. Debemos consultar el diccionario para saber si la palabra extranjera está adaptada a nuestra lengua. En todo caso, debemos buscar la palabra en castellano. Si no la hubiera o no estuviera adaptada deberíamos ponerle comillas.
- Hay que limitar el uso de los adverbios acabados en -mente.
- Tenemos que explicar siempre las siglas, sobretodo las que no son muy conocidas. Explicaremos la sigla la primera vez que salga. A lo largo del texto la podremos usar sin explicar.
Ej.: El Fondo Monetario Internacional (FMI)....
- Siempre pondremos antes el cargo que el nombre del sujeto de la oración.
Ej.: El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero...

c) Cuestiones de puntuación:
- El punto: separa las frases y los párrafos, los cuales han de ser breves.
- Punto y coma: separa elementos de una frase muy larga. No debemos hacer mucho uso de ellos.
- Dos puntos: introducen enumeraciones o citas directas.
- Coma: separa elementos yuxtapuestos y sustituye verbos que se sobreentienden. No debemos abusar de éste último uso.

19 agosto 2005

Relato de un Náufrago

El libro hay que comprarlo, no lo subo todo porque es ilegal. Sólo subo tres capítulos que son los que me interesa que lean.Si quieren el resto escríbanme. Para el lunes me conformo con los tres capítulos.Disfrúenlo.
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber,que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de labelleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por elgobierno y olvidado para siempre.
La historia de esta historia
El 28 de febrero de 1955 se conoció la noticia de que ocho miembros de la tripulación deldestructor "Caldas", de la marina de guerra de Colombia, hablan caído al agua ydesaparecido a causa de una tormenta en el mar Caribe. La nave viajaba desde Mobile,Estados Unidos, donde había sido sometida a reparaciones, hacia el puerto colombiano deCartagena, a donde llegó sin retraso dos horas después de la tragedia. La búsqueda de losnáufragos se inició de inmediato, con la colaboración de las fuerzas norteamericanas delCanal de Panamá. que hacen oficios de control militar y otras obras de caridad en del surdel Caribe. Al cabo de cuatro días se desistió de la búsqueda, y los marineros perdidosfueron declarados oficialmente muertos. Una semana más tarde, sin embargo, uno de ellosapareció moribundo en una playa desierta del norte de Colombia, después de permanecerdiez días sin comer ni beber en una balsa a la deriva. Se llamaba Luis Alejandro Velasco.Este libro es la reconstrucción periodística de lo que él me contó, tal como fue publicada unmes después del desastre por el diario El Espectador de Bogotá.Lo que no sabíamos ni el náufrago ni yo cuando tratábamos de reconstruir minuto a minutosu, aventura, era que aquel rastreo agotador había de conducirnos a una nueva aventura quecausó un cierto revuelo en el país, que a él le costó su gloria y su carrera y que a mí pudocostarme el pellejo. Colombia estaba entonces bajo la dictadura militar y folclórica delgeneral Gustavo Rojas Pinilla, cuyas dos hazañas más memorables fueron una matanza deestudiantes en el centro de la capital cuando el ejército desbarató a balazos unamanifestación pacífica, y el asesinato por la policía secreta de un número nunca establecidode taurófilos dominicales, que abucheaban a la hija del dictador en la plaza de toros. Laprensa estaba censurada, y el problema diario de los periódicos de oposición era encontrarasuntos sin gérmenes políticos para entretener a los lectores. En El Espectador, losencargados de ese honorable trabajo de panadería éramos Guillermo Cano, director; JoséSalgar, jefe de redacción, y yo, reportero de planta. Ninguno era mayor de 30 años.Cuando Luis Alejandro Velasco llegó por sus propios pies a preguntarnos cuánto lepagábamos por su cuento, lo recibimos como lo que era: una noticia refrita. Las fuerzasarmadas lo habían secuestrado varías semanas en un hospital naval, y sólo había podidohablar con los periodistas del régimen, y con uno de oposición que se había disfrazado demédico. , El cuento había sido contado a pedazos muchas veces, estaba manoseado ypervertido, y los lectores parecían hartos de un héroe que se alquilaba para anunciar relojes,porque el suyo no se atrasó a la intemperie; que aparecía en anuncios de zapatos, porque lossuyos eran tan fuertes que no los pudo desgarrar para comérselos, y en otras muchasporquerías de publicidad. Había sido condecorado, había hecho discursos patrióticos porradio, lo habían mostrado en la televisión como ejemplo de las generaciones futuras, y lohabían paseado entre flores y músicas por medio país para que firmara autógrafos y lobesaran las reinas de la belleza. Había recaudado una pequeña fortuna. Si venía a nosotrossin que lo llamáramos, después de haberlo buscado tanto, era previsible que ya no tenlamucho que contar, que sería capaz de inventar cualquier cosa Por dinero, y que el gobiernole había señalado muy bien los límites de su declaración. Lo mandamos por donde vino. Depronto, al impulso de una corazonada, Guillermo Cano lo alcanzó en las escaleras, aceptó eltrato, y me lo puso en las manos. Fue como si me hubiera dado una bomba de relojería.Mi primera sorpresa fue que aquel muchacho de 20 años, macizo, con más cara detrompetista que de héroe de la patria, tenía un instinto excepcional del arte de narrar, unacapacidad de síntesis y una memoria asombrosa-s, y bastante dignidad silvestre como parasonreírse de su propio heroísmo. En 20 sesiones de seis horas diarias, durante las cuales yotomaba notas y soltaba preguntas tramposas para detectar sus contradicciones, logramosreconstruir el relato compacto y verídico de sus diez días en el mar. Era tan minucioso yapasionante, que mi único problema literario sería conseguir que el lector lo creyera. No fuesólo por eso, sino también porque nos pareció justo, que acordamos escribirlo en primerapersona y firmado por él. Esta es, en realidad, la primera vez que mi nombre aparecevinculado a este texto.La segunda sorpresa, que fue la mejor, la tuve al cuarto día de trabajo, cuando le pedí aLuis Alejandro Velasco que me describiera la tormenta que ocasionó el desastre.Consciente de que la declaración valía su peso en oro, me replicó, con una sonrisa: "Es queno había tormenta". Así era: los servicios meteorológicos nos confirmaron que aquel habíasido uno más de los febreros mansos y diáfanos del Caribe. La verdad, nunca publicadahasta entonces, era que la nave dio un bandazo por el viento en la mar gruesa, se soltó lacarga mal estibada en cubierta, y los ocho marineros cayeron al mar. Esa revelaciónimplicaba tres faltas enormes: primero, estaba prohibido transportar carga en un destructor;segundo, fue a causa del sobrepeso que la nave no pudo maniobrar para rescatar a losnáufragos, y tercero, era carga de contrabando: neveras, televisores, lavadoras. Estaba claroque el relato, como el destructor, llevaba también mal amarrada una carga política y moralque no habíamos previsto.La historia, dividida en episodios, se publicó en catorce días consecutivos. El propiogobierno celebró al principio la consagración literaria de su héroe. Luego, cuando sepublicó la verdad, habría sido una trastada política impedir que se continuara la serie: lacirculación del periódico estaba casi doblada, y había frente al edificio una rebatiña delectores que compraban los números atrasados para conservar la colección completa. Ladictadura, de acuerdo con una tradición muy propia de los gobiernos colombianos, seconformó con remendar la verdad con la retórica: desmintió en un comunicado solemneque el destructor llevara mercancía de contrabando. Buscando el modo de sustentarnuestros cargos, le pedimos a Luis Alejandro Velasco la lista de sus compañeros detripulación que tuvieran cámaras fotográficas. Aunque muchos pasaban vacaciones endistintos lugares del país, logramos encontrarlos para comprar las fotos que habían tomadodurante el viaje. Una semana después de publicado en episodios, apareció el relatocompleto en un suplemento especial, ilustrado con las fotos compradas a los marineros. Alfondo de los grupos de amigos en alta mar, se veían sin la menor posibilidad de equívocos,inclusive con sus marcas de fábrica, las cajas de mercancía de contrabando. La dictaduraacusó el golpe con una serie de represalias drásticas que habían de culminar, mesesdespués, con la clausura del periódico.A pesar de las presiones, las amenazas y las más seductoras tentativas de soborno, LuisAlejandro Velasco no desmintió una línea del relato. Tuvo que abandonar la marina, queera el único trabajo que sabía hacer, y se desbarrancó en el olvido de la vida común. Antesde dos años cayó la dictadura y Colombia quedó a merced de otros regímenes mejorvestidos pero no mucho más justos, mientras yo iniciaba en París este exilio errante y unpoco nostálgico que tanto se parece también a una balsa a la deriva. Nadie volvió a sabernada del náufrago solitario, hasta hace unos pocos meses en que un periodista extraviado loencontró detrás de un escritorio en una empresa de autobuses. He visto esa foto: haaumentado de peso y de edad, y se nota que la vida le ha pasado por dentro, pero le hadejado el aura serena del héroe que tuvo el valor de dinamitar su propia estatua;Yo no había vuelto a leer este relato desde hace quince años. Me parece bastante digno paraser publicado, pero no' acabo de comprender la utilidad de su publicación. Me deprime laidea de que a los editores no les interese tanto el mérito del texto como el nombre con queestá firmado, que muy a mi pesar es el mismo de un escritor de moda. Si ahora se imprimeen forma de libro es porque dije sí sin pensarlo muy bien, y no soy un hombre con dospalabras.G. G. M.
Barcelona, febrero 1970

I
Cómo eran mis compañeros muertos en el mar
El 22 de febrero se nos anunció que regresaríamos a Colombia. Teníamos ocho meses deestar en Mobile, Alabama, Estados Unidos, donde el A.R.C. "Caldas" fue sometido areparaciones electrónicas y de sus armamentos. Mientras reparaban el buque, los miembrosde la tripulación recibíamos una instrucción especial. En los días de franquicia hacíamos loque hacen todos los marineros en tierra: íbamos al cine con la novia y nos reuníamosdespués en "Joe Palooka", una taberna del puerto, donde tomábamos whisky y armábamostina bronca de vez en cuando.Mi novia se llamaba Mary Address, la conocí dos meses después de estar en Mobile, porintermedio de la novia de otro marino.Aunque tenía una gran facilidad para aprender el castellano, creo que Mary Address nosupo nunca por qué mis amigos le decían "María Dirección". Cada vez que tenía franquiciala invítaba al cine, aunque ella prefería que la invitara a comer helados. Nos entendíamosen mi medio inglés y en su medio español, pero nos entendíamos siempre, en el cine ocomiendo helados.Sólo una vez no fui al cine con Mary: la noche que vimos "El Motín del Caine". A un grupode mis compañeros le habían dicho que era una buena película sobre la vida en unbarreminas. Por eso fuimos a verla. Pero lo mejor de la película no era el barreminas sino latempestad. Todos estuvimos de acuerdo en que lo indicado en un caso como el de esatempestad era modificar el rumbo del buque, como lo hicieron los amotinados. Pero ni yoni ninguno de mis compañeros había estado nunca en una tempestad corno aquella, demanera que nada en la película nos impresionó tanto como la tempestad. Cuandoregresamos a dormir, el marino Diego Velázquez, que estaba muy impresionado con lapelícula, pensando que dentro de pocos días estaríamos en el mar, nos dijo: -¿Qué tal si nossucediese una cosa como esa.Confieso que yo también estaba impresionado. En ocho meses había perdido la costumbredel mar. No sentía miedo, pues el instructor nos había enseñado a defendernos en unnaufragio. Sin embargo, no era normal la inquietud que sentía aquella noche en que vimos"El Motín del Caine".No quiero decir que desde ese instante empecé a presentir la catástrofe. Pero la verdad esque nunca había sentido tanto temor frente a la proximidad de un viaje. En Bogotá, cuandoera niño y veía las ilustraciones de los libros, nunca se me ocurrió que alguien pudieraencontrar la muerte en el mar. Por el contrario, pensaba en él con mucha confianza. Ydesde cuando ingresé en la marina, hace casi doce años, no había sentido nunca ningúntrastorno durante el viaje.Pero no me avergüenzo de confesar que sentí algo muy parecido al miedo después que vi"El Motín del Caine". Tendido boca arriba en mi litera -la más alta de todas- pensaba en mifamilia y en la travesía que debíamos efectuar antes de llegar a Cartagena. No podía dormir.Con la cabeza apoyada en las manos oía el suave batir del agua contra el muelle, y larespiración tranquila de los cuarenta marinos que dormían en el mismo salón. Debajo de militera, el marinero primero Luis Rengifo roncaba como un trombón. No sé qué soñaba, peroseguramente no habría podido dormir tan tranquilo si hubiera sabido que ocho días despuésestaría muerto en el fondo del mar.La inquietud me duró toda la semana. El día del viaje se aproximaba con alarmante rapidezy yo trataba de infundirme seguridad en la conversación con mis compañeros. El A.R.C."Caldas" estaba listo para partir. Durante esos días se hablaba con más insistencia denuestras familias, de Colombia y de nuestros proyectos para el regreso. Poco a poco se ibacargando el buque con regalos que traíamos a nuestras casas: radios, neveras, lavadoras yestufas, especialmente. Yo traía una radio.Ante la proximidad de la fecha de partida, sin poder deshacerme de mis preocupaciones,tomé una determinación: tan pronto como llegara a Cartagena abandonaría la marina. Novolvería a someterme a los riesgos de la navegación. La noche antes de partir fui adespedirme de Mary, a. quien pensé comunicarle mis temores y mi determinación. Pero nolo hice, porque le prometí volver y no me habría creído si le- hubiera dicho que estabadispuesto a no navegar jamás. Al único que comuniqué mi determinación fue a mi amigoíntimo, el marinero segundo Ramón Herrera, quien me confesó que también había decididoabandonar la marina tan pronto como llegara a Cartagena. Compartiendo nuestros temores,Ramón Herrera y yo nos fuimos con el marinero Diego Velázquez a tomarnos un whisky dedespedida en "Joe Palooka".Pensábamos tomarnos un whisky, pero nos tomamos cinco botellas. Nuestras amigas decasi todas las noches 'conocían la noticía de nuestro viaje y decidieron despedirse,emborracharse y llorar en prueba de gratitud. El director de la orquesta, un hombre serio,con unos anteojos que no le permitían parecer un músico, tocó en nuestro honor unprograma de mambos y tangos, creyendo que era música colombiana. Nuestras amigaslloraron y tomaron whisky de a dólar y medio la botella.Como en esa última semanas nos habían pagado tres veces, nosotros resolvimos echar lacasa por la ventana. Yo, porque estaba preocupado y quería emborracharme. RamónHerrera porque estaba alegre, -corno siempre, porque era de Arjona y sabía tocar el tambory tenía una singular habilidad para imitar a todos los cantantes de moda.Un poco antes de retirarnos, un marinero norteamericano se acercó a la mesa y le pidiópermiso a Ramón Herrera para bailar con su pareja, una rubia enorme, que era la que menosbebía y la que más lloraba -¡sinceramente!-. El norteamericano pidió permiso en inglés, yRamón Herrera le dio una sacudida, diciendo en español: "¡No entiendo un carajo! "Fue una de1as mejores broncas de Mobile, con sillas rotas en la cabeza, radiopatrullas ypolicías. Ramón Herrera, que logró ponerle dos buenos pescozones al norteamericano,regresó al buque a la una de la madrugada, imitando a Daniel Santos. Dijo que era la últimavez que se embarcaba. Y, en realidad, fue la última.A las tres de la madrugada del 24 de febrero zarpó el A.R.C. "Caldas" del puerto deMobile, rumbo a Cartagena. Todos sentíamos la felicidad de regresar a casa. Todostraíamos regalos. El cabo primero Miguel Ortega, artillero, parecía el más alegre de todos.Creo que ningún marino ha sido nunca más juicioso que el cabo Miguel Ortega. Durantesus ocho meses en Mobile no despilfarró un dólar. Todo el dinero que recibió lo invirtió enregalos para su esposa, que le esperaba en Cartagena. Esa madrugada, cuando nosembarcamos, el cabo Miguel Ortega estaba en el puente, precisamente hablando de suesposa y sus hijos, lo cual no era una casualidad, porque nunca hablaba de otra cosa. Traíauna nevera, una lavadora automática, y una radio y una estufa. Doce horas después el caboMiguel Ortega estaría tumbado en su litera, muriéndose del mareo. Y setenta y dos horasdespués estaría muerto en el fondo del mar.
Los invitados de la muerte
Cuando un buque zarpa se le da la orden: "Servicio personal a sus puestos de buque". Cadauno permanece en su puesto hasta cuando la nave sale del puerto. Silencioso en mi puesto,frente a la torre de los torpedos, yo veía perderse en la niebla las luces de Mobile, pero nopensaba en Mary. Pensaba en el mar. Sabía que al día siguiente estaríamos en el golfo deMéxico y que por esta época del año es una ruta peligrosa. Hasta el amanecer no vi alteniente de fragata Jaime Martínez Diago, segundo oficial de operaciones, que fue el únicooficial muerto en la catástrofe. Era un hombre alto, fornido y silencioso, a quien vi en muypocas ocasiones. Sabía que era natural del Tolíma y una excelente persona.En cambio, esa madrugada vi al suboficial primero Julio Amador Caraballo, segundocontramaestre, alto y bien plantado, que pasó junto a mí, contempló por un instante lasúltimas luces de Mobile y se dirigió a su puesto. Creo que fue la última vez que lo vi en elbuque.Ninguno de los tripulantes del "Caldas" manifestaba su alegría del regreso másestrepitosamente que el suboficial Elías Sabogal, jefe de maquinistas. Era un lobo de mar.Pequeño, de piel curtida, robusto y conversador. Tenía alrededor de 40 años y creo que lamayoría de ellos los pasó conversando.El suboficial Sabogal tenía motivos para estar más contento que nadie. En Cartagena loesperaban su esposa y sus seis hijos. Pero sólo conocía cinco: el menor había nacidomientras nos encontrábamos en Mobile.Hasta el amanecer el viaje fue perfectamente tranquilo. En una hora me habíaacostumbrado nuevamente a la navegación. Las luces de Mobile se perdían en la distanciaentre la niebla de un día tranquilo y por el oriente se veía el sol, que empezaba a levantarse.Ahora no me sentía inquieto, sino fatigado. No había dormido en toda la noche. Tenía sed.Y un mal recuerdo del whisky.A las seis de la mañana salimos del puerto.Entonces se dio la orden: "Servicio personal, retirarse. Guardias de mar, a sus puestos"Tan pronto como oí la orden me dirigí al dormitorio. Debajo de mi litera, sentado, estabaLuis Rengífo, frotándose los ojitos para acabar de despertar.-¿Por dónde vamos? -me preguntó Luis Rengifo.Le dije que acabábamos de salir del puerto. Luego subí a mi litera y traté de dormir.Luis Rengifo era un marino completo. Había nacido en Chocó, lejos del mar, pero llevabael mar en la sangre. Cuando el "Caldas" entró en reparación en Mobile, Luis Rengifo noformaba parte de su tripulación. Se encontraba en Washington, haciendo un curso dearmería. Era serio, estudioso y hablaba el inglés tan correctamente como el castellano.El 15 de marzo se graduó de ingeniero civil en Washington. Allí se casó, con una damadominicana, en 1952. Cuando el destructor "Caldas" fue reparado, Luis Rengifo viajó deWashington y fue incorporado a la tripulación. Me había dicho, pocos días antes de salir deMobile, que lo primero que haría al llegar a Colombia sería adelantar las gestiones paratrasladar a su esposa a Cartagena.Como tenía tanto tiempo de no viajar, yo estaba seguro de que Luis Rengífo sufriría demareos. Esa primera madrugada de nuestro viaje, mientras se vestía, me preguntó:-¿Todavía no te has mareado?Le respondí que no. Rengifo dijo, entonces:-Dentro de dos o tres horas te veré con la lengua afuera.-Así te veré yo a ti -le dije. Y él respondió:-El- día que yo me maree, ese día se marea el mar.Acostado en mi litera, tratando de conciliar el sueño, yo volví a acordarme de la tempestad.Renacieron mis temores de la noche anterior. Otra vez preocupado, me volví hacía dondeLuis Rengifo acababa de vestirse y le dije:-Ten cuidado. No vaya y sea que la lengua te castigue.

II
Mis últimos minutos a bordo del "barco lobo"
"Ya estamos en el golfo", me dijo uno de mis compañeros cuando me levanté a almorzar, el26 de febrero. El día anterior había sentido un poco de temor por el tiempo del golfo deMéxico. Pero el destructor, a pesar de que se movía un poco, se deslizaba con suavidad.Pensé con alegría que mis temores habían sido infundados y salí a cubierta. La silueta de lacosta se había borrado. Sólo el mar verde y el cielo azul se extendían en torno a nosotros.Sin embargo, en la media cubierta, el cabo Miguel Ortega estaba sentado, pálido ydesencajado. luchando con el mareo. Eso había empezado desde antes. Desde cuandotodavía no hablan desaparecido las luces de Mobíle, y durante las últimas veinticuatrohoras, el cabo Miguel Ortega no había podido mantenerse en pie, a pesar de que no era unnovato en el mar.Miguel Ortega había estado en Corea, en la fragata "Almirante Padilla". Había viajadomucho y estaba familiarizado con el mar. Sin embargo, a pesar de que el golfo estabatranquilo, fue preciso ayudarlo a moverse para que pudiera prestar la guardia. Parecía unagonizante. No toleraba ninguna clase de alimentos y sus compañeros de guardia losentábamos en la popa o en la media cubierta, hasta cuando se recibía la orden detrasladarlo al dormitorio. Entonces se tendía boca abajo en su litera, con la cabeza haciaafuera, esperando la vomitona.Creo que fue Ramón Herrera quien me dijo, el 26 en la noche que la cosa se pondría duraen el Caribe. De acuerdo con nuestros cálculos, saldríamos del golfo de México después dela media noche. En mi puesto de guardia, frente a la torre de los torpedos, yo pensaba conoptimismo en nuestra llegada a Cartagena. La noche era clara, y el cielo, alto y redondo,estaba lleno de estrellas. Desde cuando ingresé en la marina. me aficioné a identificar lasestrellas. Desde esa noche me di gusto, mientras el A. R. C. "Caldas" avanzabaserenamente hacia el Caribe.Creo que un viejo marinero que haya viajado por todo el inundo, puede saber en qué marse encuentra por la manera de moverse el barco. La experiencia en ese mar donde hice misprimeras armas, me indicó que estábamos en el Caribe. Miré el reloj. Eran las doce y treintaminutos de la noche. Las doce y treinta y uno de la madrugada del 27 de febrero. Aunque elbuque no se hubiera movido tanto, yo hubiera sabido que estábamos en el Caribe. Pero semovía. Yo, que nunca he sentido mareos, empecé a sentirme intranquilo. Sentí un extrafiopresentimiento. Y sin saber por qué, me acordé entonces del cabo Miguel Ortega, queestaba allá abajo, en su litera, echando el estómago por la boca.A las seis de la mañana el destructor se movía como un cascarón. Luis Rengifo estabadespierto, una litera debajo de la mía.-Gordo -me dijo-. ¿Todavía no te has mareado?Le dije que no. Pero le manifesté mis temores. Rengifo, que, como he dicho, era ingeniero,muy estudioso y buen marino, me hizo entonces una exposición de los motivos por loscuales no había el menor peligro de que al "Caldas" le ocurriera un accidente en el Caribe."Es un barco lobo", me dijo. Y me recordó que durante la guerra, en esas mismas aguas, eldestructor colombiano había hundido un submarino alemán."Es un buque seguro", decía Luis Rengífo. Y yo, acostado en mi litera, sin poder dormir acausa de los movimientos de la nave, me sentía seguro con sus palabras. Pero el viento eracada vez más fuerte a babor, y yo me imaginaba cómo estaría el---Caldas" en medio deaquel tremendo oleaje. En ese momento me acordé de "El Motín del Caine".A pesar de que el tiempo no varió durante todo el día, la navegación era normal. Cuandoprestaba la guardia me puse a hacer proyectos para cuando llegara a Cartagena. Leescribiría a Mary. Pensaba escribirle dos veces por semana, pues nunca he sido perezosopara escribir. Desde cuando ingresé en la marina, le he escrito todas las semanas a mifamilia de Bogotá. Les he escrito a mis amigos del barrio Olaya cartas frecuentes y largas.De manera que le escribiría a Mary, pensé, y saqué en horas la cuenta del tiempo que nosfaltaba para llegar a Cartagena: nos faltaban exactamente 24 horas. Aquella era mipenúltima guardia.Ramón Herrera me ayudó a arrastrar al cabo Miguel Ortega hacia su litera. Estaba cada vezpeor. Desde cuando salimos de Mobile, tres días antes, no había probado alimentos. Casi nopodía hablar y tenía el rostro verde y descompuesto.
Empieza el baile
El baile empezó a las diez de la noche. Durante todo el día el "Caldas" se había movido,pero no tanto como en esa noche del 27 de febrero en que yo, desvelado en mi litera,pensaba con pavor en la gente que estaba de guardia en cubierta. Yo sabía que ninguno delos marineros que estaban allí, en sus literas, había podido conciliar el sueño. Un poco antesde las doce le dije a Luis Rengifo, mi vecino de abajo:-¿Todavía no te has mareado?Como lo había supuesto, Luis Rengifo tampoco podía dormir. Pero a pesar dél movimientodel barco, no había perdido el buen humor. Dijo:-Ya te dije que el día que yo me maree, ese día se marea el mar.Era una frase que repetía con frecuencia. Pero esa noche casi no tuvo tiempo de terminarla.He dicho que sentía inquietud. He dicho que sentía algo muy parecido al miedo. Pero no mecabe la menor duda de lo que sentí a la media noche del 27, cuando a través de losaltoparlantes se dio una orden general:"Todo el personal pasarse al lado de babor".. Yo sabía lo que significaba esa orden. Elbarco estaba escorando peligrosamente a estribor y se trataba de equilibrarlo con nuestropeso. Por primera vez, en dos años de navegación, tuve un verdadero miedo de¡ mar. Elviento silbaba, allá arriba, donde el personal de cubierta debía estar empapado y tiritando.Tan pronto como oí la orden salté de la tarima. Con mucha calma, Luis Rengifo se puso enpie y se fue a una de las tarimas de babor, que estaban desocupadas, porque pertenecían alpersonal de guardia. Agarrándome a las otras literas, traté de caminar, pero en ese instanteme acordé de Miguel Ortega.No podía moverse. Cuando oyó la orden había tratado de levantarse, pero había caídonuevamente en su litera, vencido por el mareo y el agotamiento. Lo ayudé a incorporarse ylo coloqué en su litera de babor. Con la voz apagada me dijo que se sentía muy mal.-Vamos a conseguir que no hagas la guardia -le dije.Puede parecer un mal chiste, -pero si Miguel Ortega se hubiera quedado en su litera, ahorano estaría muerto.Sin haber dormido un minuto, a las 4 de la madrugada del 28 nos reunimos en popa seis dela guardia disponible. Entre ellos Ramón Herrera, mi compañero de todos los días. Elsuboficial de guardia era Guillermo Rozo. Aquella fue mí última misión a bordo. Sabía quea las 2 de la tarde estaríamos en Cartagena. Pensaba dormir tan pronto como entregara laguardia, para poder divertirme esa noche en tierra firme, después de ocho meses deausencia. A las 5.30 de la madrugada fui a pasar revista a los bajos fondos acompañado porun grumete. A las 7 relevamos los puestos de servicio efectivo para desayunar. A las 8volvieron a relevarnos. Exactamente a esa hora entregué mi última guardia, sin novedad, apesar de que la brisa arreciaba y de que las olas, cada vez más altas, reventaban en el puentey bañaban la cubierta.En popa estaba Ramón Herrera. Allí estaba también, como salvavidas de guardia, LuisRengifo, con los auriculares puestos. En la media cubierta, recostado, agonizando con sueterno mareo, estaba el cabo Miguel Ortega. En ese lugar se sentía menos el movimiento.Conversé un momento con el marinero segundo Eduardo Castillo, almacenista, soltero,bogotano y muy reservado. No recuerdo de qué hablábamos. Sólo sé que desde ese instanteno volvimos a vernos, hasta cuando se hundió en el mar, pocas horas después.Ramón Herrera estaba recogiendo unos cartones para cubrirse con ellos y tratar de dormir.Con el movimiento era imposible descansar en los dormitorios. Las olas, cada vez másfuertes y altas, estallaban en la cubierta. Entre las neveras, las lavadoras y las estufas,fuertemente aseguradas en la popa, Ramón Herrera y yo nos acostamos, bien ajustados,para evitar que nos arrastrara una ola. Tendido boca arriba yo contemplaba el cielo. Mesentía más tranquilo, acostado, con la seguridad de que dentro de pocas horas estaríamos enla bahía de Cartagena. No había tempestad; el día estaba perfectamente claro, la visibilidadera completa y el cielo estaba profundamente azul. Ahora ni siquiera me apretaban lasbotas, pues me las había cambiado por unos zapatos de caucho después de que entregué laguardia.
Un minuto de silencio
Luis Rengífo me preguntó la hora. Eran las once y media. Desde hacía una hora el buqueempezó a escorar, a inclinarse peligrosamente a estribor. A través de los altavoces se repitióla orden de la noche anterior: "Todo el personal ponerse al lado de babor", Ramón Herreray yo no nos movimos, porque estábamos de ese lado.Pensé en el cabo Miguel Ortega, a quien un momento antes había visto a estribor, pero casien el mismo instante lo vi pasar tambaleando. Se tumbó a babor, agonizando con su mareo.En ese instante el buque se inclinó pavorosamente; se fue. Aguanté la respiración. Una olaenorme reventó sobre nosotros y quedamos empapados, como si acabáramos de salir delmar. Con mucha lentitud, trabajosamente, el destructor recobró su posición normal. En laguardia, Luis Rengifo estaba lívido. Dijo, nerviosamente:-¡Qué vaina! Este buque se está yendo y no quiere volver.Era la primera vez que veía nervioso a Luis Rengifo. Junto a mí, Ramón Herrera, pensativo,enteramente mojado, permanecía silencioso. Hubo un instante de silencio total. Luego,Ramón Herrera dijo:-A la hora que manden cortar cabos para que la carga se vaya al agua, yo soy el primero encortar.Eran las once y cincuenta minutos.Yo también pensaba que de un momento a otro ordenarían cortar las amarras de la carga.Es lo que se llama "zafarrancho de aligeramiento". Radios, neveras y estufas habrían caídoal agua tan pronto como hubieran dado la orden. Pensé que en ese caso tendría que bajar aldormitorio, pues en la popa estábamos seguros porque habíamos logrado asegurarnos entrelas neveras y las estufas. Sin ellas nos habría arrastrado la ola.El buque seguía defendiéndose del oleaje, pero cada vez escoraba más. Ramón Herrerarodó una carpa y se cubrió con ella. Una nueva ola, más grande que la anterior, volvió areventar sobre nosotros, que ya estábamos protegidos por la carpa. Me sujeté la cabeza conlas manos, mientras pasaba la ola, y medio minuto después carraspearon los altavoces."Van a dar la orden de cortar la carga", pensé. Pero la orden fue otra, dada con una vozsegura y reposada: "-Personal que transita en cubierta, usar salvavidas".Calmadamente, Luis Rengifo sostuvo con una mano los auriculares y se puso el salvavidascon la otra. Como después de cada ola grande, yo sentía primero un gran vacío y despuésun profundo silencio. Vi a Luis Rengifo que, con el salvavidas puesto, volvió a colocarselos auriculares. Entonces cerré los ojos y oí perfectamente el tic-tac de mi reloj.Escuché el reloj durante un minuto, aproximadamente. Ramón Herrera no se movía.Calculé que debla faltar un cuarto para las doce. Dos horas para llegar a Cartagena. Elbuque pareció suspendido en el aire un segundo. Saqué la mano para mirar la hora, pero enese instante no vi el brazo, ni la mano, ni el reloj. No vi la ola. Sentí que la nave se iba deltodo y que la carga en que me apoyaba se estaba rodando. Me puse en pie, en una fracciónde segundo, y el agua me llegaba al cuello. Con los ojos desorbitados, verde y silencioso, via Luis Rengifo que trataba de sobresalir, sosteniendo los auriculares en alto. Entonces elagua me cubrió por completo y empecé a nadar hacia arriba.Tratando de salir a flote, nadé hacía arriba por espacio de uno, dos, tres segundos. Seguínadando hacia arriba. Me faltaba aire. Me asfixiaba. Traté de amarrarme a la carga, pero yala carga no estaba allí. Ya no había nada alrededor. Cuando salí a flote no vi en torno míonada distinto del mar. Un segundo después, como a cien metros de distancia, el buquesurgió de entre las olas, chorreando agua por todos lados, como un submarino. Sóloentonces me di cuenta de que había caído al agua.

III
Viendo, ahogarse a cuatro de mis compañeros
Mí primera impresión fue la de estar absolutamente solo en la mitad del mar.Sosteniéndome a flote vi que otra ola reventaba contra. el destructor, y que éste, como a200 metros del lugar en que me encontraba, se precipitaba en un abismo y desaparecía demi vista. Pensé que se había hundido. Y un momento después, confirmando mipensamiento, surgieron en torno a mí numerosas cajas de la mercancía con que el destructorhabla sido cargado en Mobile. Me sostuve a flote entre cajas de ropa, radios, neveras y todaclase de utensilios domésticos que saltaban confusamente, batidos por las olas. No tuve enese instante ninguna idea precisa de lo que estaba sucediendo. Un poco atolondrado, meaferré a una. de las cajas flotantes y estúpidamente me puse a contemplar el mar.El día era de una claridad perfecta. Salvo el fuerte oleaje producido por la brisa y lamercancía dispersa en la superficie, no había nada en ese lugar que pareciera un naufragio.De pronto comencé a oír gritos cercanos. A través del cortante silbido del viento reconocíperfectamente la voz de Julio Amador Caraballo, el alto y bien plantado segundocontramaestre, que le gritaba a alguien:-Agárrese de ahí, por debajo del salvavidas.Fue como si en ese instante hubiera despertado de un profundo sueño de un minuto. Me dicuenta de que no estaba solo en el mar. Allí, a pocos metros de distancia, mis compañerosse gritaban unos a otros, manteniéndose a flote. Rápidamente comencé a pensar. No podíanadar hacia ningún lado. Sabía que estábamos a casi 200 millas de Cartagena, pero teníaconfundido el sentido de la orientación. Sin embargo, todavía no sentía miedo. Por unmomento pensé que podría estar aferrado a la caja indefinidamente, hasta cuando vinieranen nuestro auxilio. Me tranquilizaba saber que alrededor de mí otros marinos seencontraban en iguales circunstancias. Entonces fue cuando vi la balsa.Eran dos, aparejadas, como a siete metros de distancia la una de la otra. Aparecieroninesperadamente en la cresta de una ola, del lado donde gritaban mis compañeros. Mepareció extraño que ninguno de ellos hubiera podido alcanzarlas. En un segundo, una de lasbalsas desaparecía de mi vista. Vacilé entre correr el riesgo de nadar hacia' la otra opermanecer seguro, agarrado a la caja. Pero antes de que hubiera tenido tiempo de tomaruna determinación, me encontré nadando hacia la última balsa visible, cada vez más lejana.Nadé por espacio de tres minutos. Por un instante dejé de ver la balsa, pero procuré noperder la dirección. Bruscamente, un golpe de la, ola la puso al lado mío, blanca, enorme yvacía. Me agarré con fuerza al enjaretado y traté de saltar al interior. Sólo lo logré a latercera tentativa. Ya dentro de la balsa, jadeante, azotado por la brisa, implacable y helada,me incorporé trabajosamente. Entonces vi a tres de mis compañeros al rededor de la balsa,tratando de alcanzarla.Los reconocí al instante. Eduardo Castillo, el almacenista, se agarraba fuertemente al cuellode Julio Amador Caraballo. Este, que estaba de guardia efectiva cuando ocurrió elaccidente, tenía puesto el salvavidas. Gritaba: "Agarrase duro, Castillo". Flotaban entre lamercancía dispersa, como a diez metros de distancia.Del otro lado estaba Luis Rengifo. Pocos minutos antes lo había visto en el destructor,tratando de sobresalir con los auriculares levantados en la mano derecha. Con su serenidadhabitual, con esa confianza de buen marinero con que decía que antes que él se marearía elmar, se había quitado la camisa para nadar mejor, pero había perdido el salvavidas. Aunqueno lo hubiera visto, lo habría reconocido por su grito:-Gordo, rema para este lado.Rápidamente agarré los remos y traté de acercarme a ellos. Julio Amador, con EduardoCastillo fuertemente colgado del cuello, se aproximaba a la balsa. Mucho más allá, pequeñoy desolado, vi al cuarto de mis compañeros: Ramón Herrera, que me hacía señas con lamano, agarrado a una caja.¡Sólo tres metros!Si hubiera tenido que decidirlo, no habría sabido por cuál de mis compañeros empezar.Pero cuando vi a Ramón Herrera, el de la bronca en Mobile, el alegre muchacho de Arjonaque pocos minutos antes estaba conmigo en la popa, empecé a remar con desesperación.Pero la balsa tenía casi 2 metros de largo. Era muy pesada en aquel mar encabritado y yotenía que remar contra la brisa. Creo que no logré hacerla avanzar un metro. Desesperado,miré otra vez alrededor y ya Ramón Herrera había desaparecido de la superficie. Sólo LuisRengifo nadaba con seguridad hasta la balsa. Yo estaba seguro de que la alcanzaría. Lohabía oído roncar como un trombón, debajo de mi tarima, y estaba convencido de que suserenidad era más fuerte que el mar.En cambio, Julio Amador luchaba con Eduardo Castillo para que no se soltara de su cuello.Estaban a menos de tres metros.Pensé que si se acercaban un poco más podría tenderles un remo para que se agarrasen.Pero en ese instante una ola gigantesca suspendió la balsa en el aire y vi, desde la crestaenorme, el mástil del destructor, que se alejaba. Cuando volví a descender, Julio Amadorhabía desaparecido, con Eduardo Castillo agarrado al cuello. Solo, a dos metros dedistancia, Luis Rengifo seguía nadando serenamente hacia la balsa.No sé por qué hice esa cosa absurda: sabiendo que no podía avanzar, metí el remo en elagua, como tratando de evitar que la balsa se moviera, como tratando de clavarla en susitio. Luis Rengifo, fatigado, se detuvo un instante, levantó la mano como cuando sosteníaen ella los auriculares, y me gritó otra vez:-¡Rema para acá, gordo!La brisa venía en la misma dirección. Le grité que no podía remar contra la brisa, quehiciera un último esfuerzo, pero tuve la sensación de que no me oyó. Las cajas demercancías habían desaparecido y la balsa bailaba de un lado a otro, batida por las olas. Enun instante estuve a más de cinco metros de Luis Rengífo, y lo perdí de vista. Pero apareciópor otro lado, todavía sin desesperarse, hundiéndose contra las olas para evitar que loalejaran. Yo estaba de pie, ahora con el remo en alto, esperando que Luis Rengifo seacercara lo suficiente como para que pudiera alcanzarlo. Pero entonces noté que se fatigaba,se desesperaba. Volvió a gritarme, hundiéndose ya:-¡Gordo... Gordo...Traté de remar., pero seguía siendo inútil, como la primera vez. Hice un último esfuerzopara que Luis Rengifo alcanzara el remo, pero la mano levantada, la que pocos -Minutosantes había tratado de evitar que se hundieran los auriculares, se hundió en ese momentopara siempre, a menos de dos metros del remo...No sé cuánto tiempo estuve así, parado, haciendo equilibrio en la balsa, con el rernolevantado. Examinaba el agua. Esperaba que de un -momento a otro surgiera alguien en lasuperficie. Pero el mar estaba limpio y el viento, cada vez más fuerte, golpeaba contra micamisa con un aullido de perro. La mercancía había desaparecido. El mástil, cada vez másdistante, me indicó que el destructor no se había hundido, como lo creí al principio. Mesentí tranquilo: pensé que dentro de un momento vendrían a buscarme. Pensé que alguno demis compañeros había logrado alcanzar la otra balsa. No había razón para que no lohubíeran logrado. No eran balsas dotadas, porque la verdad es que ninguna de las balsas deldestructor estaba dotada. Pero había seis en total, aparte de los botes y balleneras. Pensabaque era enteramente normal que algunos. de mis compañeros hubieran alcanzado las otrasbalsas, como alcancé yo la mía, y que acaso el destructor nos estuviera buscando.De pronto me di, cuenta del sol. Un sol caliente y metálico, del puro mediodía. Atontado,todavía sin recobrarme por completo, miré el reloj. Eran las doce clavadas.SoloLa última vez que Luis Rengífo me preguntó la hora, en el destructor, eran las once ymedia. Vi nuevamente la hora a las once y cincuenta, y todavía no había ocurrido lacatástrofe. Cuando miré el reloj en la balsa, eran las doce en punto. Me pareció que hacíamucho tiempo que todo había ocurrido, pero en realidad sólo habían transcurrido diezminutos desde el instante en que vi por última vez el reloj, en la popa del destructor, y elinstante en que alcancé la balsa, y traté de salvar a mis compañeros, y me quedé allí,inmóvil, de pie en la balsa, viendo el mar vacío, oyendo el cortante aullido del viento ypensando que' transcurrirían por lo menos dos o tres horas antes de que vinieran arescatarme."Dos o tres horas", calculé. Me pareció un tiempo desproporcionadamente largo para estarsolo en el mar. Pero traté de resignarme. No tenía alimentos ni agua y pensaba que antes delas tres de la tarde la sed sería abrasadora. El sol. me ardía en la cabeza, me empezaba aquemar la piel, seca y endurecida por la sal. Como en la caída había perdido la gorra, volvía mojarme la cabeza y me senté al borde de la balsa, mientras venían a rescatarme.Sólo entonces sentí el dolor en la rodilla derecha. Mi grueso pantalón de dril azul estabamojado, de manera que me costó trabajo enrollarlo hasta más- arriba de la rodilla. Perocuando lo logré me sentí sobresaltado: tenía una* herida honda, en forma de medialuna, enla parte inferior de la rodilla. No sé sí tropecé con el borde del barco. No sé si me hice laherida al caer al agua. Sólo sé que no me di cuenta de ella sino cuando ya estaba sentado enla balsa, y que a pesar de que me ardía un poco, había dejado de sangrar y estabaperfectamente seca, me imagino que a causa de la sal marina. Sin saber en qué pensar, mepuse a hacer un inventario de mis cosas. Quería saber con qué contaba en la soledad delmar. En primer término, contaba con mi reloj, que funcionaba a precisión y que no podíadejar de mirar a cada dos, tres minutos. Tenía, además de mi anillo de oro, comprado enCartagena el año pasado, mi cadena con la medalla de la Virgen del Carmen, tambiéncomprada en Cartagena a otro marino por treinta y cinco pesos. En los bolsillos no teníamás que las llaves de mi armario del destructor, y tres tarjetas que me dieron en un almacénde Mobile, un día del mes de enero en que fui de compras con Mary Address. Como notenía nada que hacer, me puse a leer las tarjetas para distraerme mientras me rescataban. Nosé por qué me pareció que eran como un mensaje en clave que los náufragos echan al mardentro de una botella. Y creo que si en ese instante hubiera tenido una botella, hubierametido dentro una de las tarjetas, jugando al náufrago, para tener esa noche algo divertidoque contarles a mis amigos en Cartagena.